Un agente de los Mossos y una carretera cubierta por la niebla

Sale a la luz la principal hipótesis del asesinato entre bandas en Barcelona

Los Mossos d'Esquadra avanzan rápidamente en la investigación

La investigación por el brutal crimen ocurrido en el distrito de Sants-Montjuïc avanza a buen ritmo. Los Mossos d'Esquadra comienzan a encajar las piezas del complejo puzle que rodea la muerte del joven. Nuevos datos revelan las posibles motivaciones detrás del asesinato que conmocionó a la ciudad.

La violencia entre bandas juveniles se consolida como el eje central de todas las pesquisas policiales. Cada detalle que emerge arroja más luz sobre una noche de furia y sangre.

La venganza como móvil principal del asesinato

Los agentes de la División de Investigación Criminal (DIC) trabajan con una hipótesis principal muy clara. El asesinato del menor hondureño de dieciséis años responde a una venganza planificada. El suceso no fue un encuentro casual que derivó en una pelea espontánea. Las evidencias sugieren que existían serias desavenencias previas entre los agresores y las víctimas. Todo apunta a un ajuste de cuentas en el marco de un conflicto entre bandas rivales.

Coche de Mossos
Un vehículo de los Mossos d'Esquadra | ACN

El grupo de la víctima estaba formado por tres jóvenes que fueron abordados por cuatro agresores. Esta desproporción numérica refuerza la idea de una emboscada o un ataque premeditado. El origen de los implicados ha llevado a los investigadores a considerar el contexto de las bandas latinas.

Estos grupos se caracterizan por códigos de honor muy estrictos y respuestas violentas. La policía catalana intenta ahora determinar el origen exacto de la disputa entre ambos bandos.

¿El robo de un patinete fue el detonante?

Dentro de la trama de la venganza, ha surgido un elemento que pudo ser la chispa final. Un testigo presencial aseguró que la pelea se inició por el robo de un patinete. Los investigadores no descartan que este hurto, ya fuera reciente o anterior, actuara como detonante.

Podría ser la afrenta definitiva que desató la brutal agresión en plena calle. La policía valora esta información como una pieza clave para entender la secuencia de los hechos.

Sin embargo, los agentes mantienen abiertas todas las vías para esclarecer completamente el móvil. Saben que en este tipo de conflictos, un hecho aparentemente menor puede tener consecuencias fatales. El robo del patinete encaja perfectamente en la espiral de violencia y represalias. Se investiga si este hecho fue el pretexto utilizado para ejecutar el ataque previamente planeado.

Agente de los Mossos d'Esquadra de espaldas frente a un edificio moderno en un día nublado
Los Mossos resolvieron rápido el suceso | @mossoscat, XCatalunya

La investigación se topa con un muro de silencio

A pesar de los avances, los agentes se han encontrado con un obstáculo muy significativo. La falta de colaboración de algunos testigos está complicando seriamente las pesquisas policiales. Los investigadores sospechan que el entorno de las víctimas podría estar ocultando información crucial. Incluso creen que algunos testimonios podrían estar diseñados para confundirlos y desviar la atención.

Este muro de silencio es una característica habitual en los delitos relacionados con bandas juveniles. El miedo a las represalias o un código de lealtad mal entendido impiden que la verdad aflore. Por este motivo, las cámaras de seguridad de la zona se han vuelto imprescindibles.

Las grabaciones de los establecimientos cercanos serán clave para identificar a los autores sin lugar a dudas. La tecnología se convierte así en la mejor aliada para romper el pacto de silencio.

La reconstrucción de una agresión mortal

La policía ha logrado reconstruir con mayor precisión cómo se desarrolló el ataque mortal. Los hechos tuvieron lugar cerca de la boca de metro de Santa Eulàlia. Concretamente, en el cruce de las calles Antoni de Capmany y Carreras i Candi. Los tres jóvenes fueron asaltados en la vía pública y trataron de huir corriendo. Los agresores los persiguieron hasta que cayeron heridos cerca de la estación.

El menor fallecido recibió al menos dos puñaladas en la parte superior del cuerpo. Una de ellas, la que resultó mortal, le alcanzó fatalmente en la zona del hígado. Su amigo, herido de menor gravedad, presenta un corte en el brazo y su vida no corre peligro. Un dato relevante es que la policía sospecha que tanto víctimas como agresores residen en l'Hospitalet de Llobregat. El conflicto podría haberse gestado allí para terminar trágicamente en un barrio de Barcelona.