Cuando cae la noche, las carreteras suelen volverse más solitarias y, en ocasiones, más peligrosas. Así quedó demostrado ayer en la C-37, a la altura de Santa Maria de Miralles (Anoia), cuando un vehículo que transportaba un remolque acabó volcando en el punto kilométrico 52,9. El incidente, reportado a las 20:51 horas, requirió la actuación inmediata de Bombers de la Generalitat, quienes acudieron con varias dotaciones para llevar a cabo las labores de rescate y asegurar la zona.
El resultado fue un coche totalmente volcado sobre el asfalto, con el remolque también afectado por el impacto. Los dos ocupantes que viajaban en el vehículo resultaron heridos y precisaron traslado al centro hospitalario para recibir la atención médica pertinente. Aunque las autoridades no han divulgado la gravedad exacta de sus lesiones, se ha confirmado que el Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM) se ocupó de su evacuación y valoración sanitaria.
Un vuelco en carretera con final menos grave de lo temido
Pese a la espectacularidad del siniestro, no fue necesario lamentar víctimas mortales, lo que supone un alivio ante un suceso que podría haber acabado de forma mucho más dramática. El vuelco dejó el vehículo inservible y alteró el tráfico en ese tramo de la C-37, un eje viario que comunica varias comarcas del centro de Catalunya. Las primeras hipótesis apuntan a que el peso y la inercia del remolque podrían haber influido en la pérdida de control, si bien cualquier conclusión definitiva está pendiente de la investigación técnica que llevan a cabo los Mossos d’Esquadra.
La rápida intervención de los bomberos y la correcta señalización de la vía ayudaron a minimizar nuevos riesgos para otros conductores que circulaban por la zona. Para ello, fue fundamental asegurar el perímetro y desviar el tráfico de manera temporal, de modo que los equipos de emergencia pudieran proceder con las labores de rescate. Recordemos que durante la primera jornada del nuevo año ya han fallecido tres personas por accidentes de tráfico en las carreteras catalanas.
Este incidente recuerda la necesidad de extremar la prudencia al volante cuando se viaja con cargas adicionales. Los remolques, caravanas y otros tipos de enganches pueden modificar la estabilidad y el comportamiento del vehículo, sobre todo en carreteras con curvas o cambios de rasante pronunciados.
El suceso deja patente la necesidad de cumplir las reglas básicas: conducir descansado, revisar el equipamiento y, si se viaja con remolque, cerciorarse de que todo esté en perfectas condiciones para reducir al máximo el riesgo de vuelco. Con un poco de prudencia adicional, es posible evitar que anécdotas como la ocurrida en la C-37 se conviertan en historias de consecuencias irreparables.