Un agente de policía de espaldas en una carretera rural bajo un cielo despejado.

Retenciones en dos carreteras importantes: Accidentes provocan corte de carriles

Las autoridades trabajan para disipar las colas con la mayor brevedad

Después de varios días consecutivos de caos, accidentes graves y lamentablemente muertes en las carreteras catalanas, este miércoles parecía comenzar de forma relativamente tranquila. Sin embargo, dos nuevos accidentes registrados en los últimos minutos en importantes vías catalanas han roto la calma, provocando retenciones y alterando de nuevo la movilidad de los usuarios.

El primero de los siniestros ha tenido lugar esta misma mañana  en la B-30 a la altura de Sant Cugat del Vallès. Según informan desde el Servei Català de Trànsit, el incidente se ha producido en sentido norte y está generando retenciones a la altura de Sant Cugat del Vallès.

Un coche de policía de los Mossos d'Esquadra con gotas de lluvia en la carrocería.
Coches de los Mossos d'Esquadra | ACN

Este tramo de la B-30, utilizado diariamente por miles de conductores para desplazarse tanto hacia Barcelona como hacia poblaciones cercanas, ha visto reducida su capacidad debido al accidente, que ha obligado a cortar uno de sus carriles. Aunque por el momento se desconocen las circunstancias exactas del siniestro y si ha habido víctimas personales, los servicios de emergencia ya están trabajando en el lugar para restablecer cuanto antes la normalidad.

Un kilómetro de cola en A-2

Paralelamente, otro siniestro ha tenido lugar en la autovía A-2, a la altura de Bellpuig, en sentido Lleida. Según las informaciones facilitadas por el Servei Català de Trànsit, este accidente también ha obligado al cierre de un carril, causando rápidamente alrededor de un kilómetro de retenciones en dirección a la capital del Segrià. Esta situación, pese a no ser tan grave como las vividas en días anteriores, ha provocado molestias significativas a los usuarios de esta vía, que conecta diferentes puntos neurálgicos del territorio catalán y registra un flujo elevado especialmente en horas punta.

Estos dos incidentes, aunque menores en comparación con otros sucesos recientes, han vuelto a poner de relieve la fragilidad de la movilidad en las vías catalanas, especialmente en horas punta, cuando cualquier pequeña incidencia puede acabar causando importantes congestiones. En este sentido, cabe destacar que la B-30 es uno de los ejes vertebradores del tráfico en el Vallès Occidental, mientras que la A-2 conecta Lleida y Barcelona y es una de las principales vías para quienes circulan hacia el interior o salen de la capital catalana.

Tras los graves accidentes ocurridos la semana pasada en diferentes vías importantes como la AP-7 o la C-58, muchos conductores confiaban en que esta semana empezaría con una mejora sustancial en la circulación. De hecho, según el Servei Català de Trànsit, la mañana había comenzado sin grandes complicaciones más allá de las habituales retenciones en las entradas de Barcelona, especialmente en las rondas y los accesos desde el Vallès.

La circulación era fluida y no se habían reportado accidentes destacables hasta la notificación de estos dos nuevos siniestros, que han vuelto a poner sobre la mesa la necesidad de extremar precauciones.