Contenedor de basura quemado junto a un edificio con la pared ennegrecida por el humo y restos de basura esparcidos en el suelo

El pirómano de 56 años que aterroriza a un pueblo catalán

Las autoridades están preocupadas

No es la primera vez que la tranquilidad de una comunidad se ve alterada por una sucesión de incendios provocados. Sin embargo, pocas veces un único individuo logra mantener en vilo a todo un pueblo, sumido en la incertidumbre y el miedo a que, en cualquier momento, un nuevo fuego lo cambie todo. Así ha sucedido en las últimas semanas, donde la sensación de inseguridad ha ido creciendo de manera silenciosa entre los vecinos.

Noche de fuego y alarma

La madrugada del domingo fue especialmente tensa para los habitantes de la localidad catalana de la Bisbal d'Empordà que ha visto alterada su rutina por una serie de sucesos inquietantes. Hacia las cuatro de la madrugada, la calma habitual se rompió cuando un incendio devoró por completo una isla de contenedores situada en una plaza céntrica.

Las llamas se propagaron rápidamente, afectando la fachada de un edificio próximo y despertando a varios residentes, que presenciaron la intervención urgente de los Bomberos. A pesar del susto, no se registraron heridos ni daños estructurales de gravedad, pero el temor se apoderó del vecindario.

Bombero de espaldas con uniforme rojo y negro frente a llamas intensas.
Montaje con una imagen de un bombero y de fondo, fuego | @bomberscat, XCatalunya, fotogigi85

La rápida actuación de los servicios de emergencia evitó consecuencias mayores, pero la huella del incendio quedó grabada en las paredes y en la memoria de quienes tuvieron que ser evacuados de sus viviendas de manera preventiva. Fuentes municipales han confirmado que el incendio fue intencionado, y que el autor material fue visto huyendo del lugar poco después de iniciarse el fuego.

Un viejo conocido de la policía

Lo que más preocupa a los vecinos y a las autoridades es que el sospechoso no era un desconocido. Según fuentes policiales, el hombre arrestado en la misma madrugada del domingo es el mismo individuo que, a principios de mayo, ya había sido detenido por provocar otro incendio en el mismo municipio, concretamente en la calle Eusebi Diaz-Costa.

Se trata de un hombre de 56 años, conocido por su situación de exclusión social y que en los últimos meses había ocupado una antigua fábrica abandonada en muy malas condiciones, sin agua corriente ni electricidad.

La detención se produjo pocas calles más allá del último foco del incendio, en el momento en que el sospechoso, armado con varios encendedores, intentaba prender fuego a otra batería de contenedores. Esta rápida intervención de la Policía Local y los Mossos d’Esquadra permitió evitar un nuevo desastre y tranquilizar, en parte, a los vecinos.

El hombre ha sido trasladado a dependencias policiales, y se espera que en las próximas horas pase a disposición judicial. Cabe recordar que su situación legal es delicada: la reciente decisión de una jueza de permitirle seguir ocupando la fábrica ha generado controversia entre los propietarios del inmueble y parte del vecindario, que teme nuevos incidentes si no se toman medidas contundentes.

Camión de los Bomberos de la Generalitat
Camiones de los Bombers | Govern

Una amenaza que se repite

No es la primera vez que la localidad afronta episodios de este tipo. En los últimos meses, los servicios de emergencia han tenido que responder a varios avisos por fuegos provocados en diferentes puntos del municipio. Aunque no todos han tenido la misma gravedad, la reiteración de los hechos ha aumentado la preocupación por la seguridad y ha hecho que algunos vecinos empiecen a organizarse para alertar ante cualquier conducta sospechosa.

Además, la sensación de vulnerabilidad se ha visto agravada por el hecho de que el presunto pirómano reside de manera irregular en un espacio ruinoso, lo que dificulta el control y la prevención de nuevos incidentes. La convivencia, ya de por sí complicada por la ocupación, se ha vuelto insostenible para muchos habitantes de la zona.

La respuesta del municipio y el futuro inmediato

Tras el último episodio, el Ayuntamiento ha asegurado que reforzará la vigilancia en las zonas más conflictivas y que está trabajando conjuntamente con los cuerpos de seguridad para garantizar la tranquilidad de los ciudadanos. También se ha pedido colaboración a los vecinos para que notifiquen cualquier comportamiento anómalo que pueda servir de ayuda en la prevención de futuros incidentes.

A nivel social, la situación abre un debate sobre la exclusión social, la ocupación de espacios en desuso y la gestión de personas en situación de vulnerabilidad que, por distintas circunstancias, acaban generando situaciones de riesgo para la colectividad.

La detención del presunto pirómano supone, de momento, un respiro para la localidad. Sin embargo, la experiencia reciente demuestra que el desafío de la convivencia y la seguridad ciudadana sigue siendo un asunto pendiente que, tarde o temprano, habrá que abordar con soluciones más profundas y eficaces.