Dos agentes de la policía local de espaldas con chalecos reflectantes frente a un edificio de apartamentos.

Otro nivel: Intentan okupar un piso en el que ya había un okupa

La Policía Local no daba crédito ante esta situación

El problema de la okupación en Catalunya no deja de crecer y de generar polémica. Este fenómeno, que en sus inicios estaba relacionado con movimientos sociales que reivindicaban el acceso a la vivienda, ha evolucionado hacia situaciones caóticas e insólitas. Propietarios legítimos se ven privados de sus inmuebles, mientras la legislación no siempre protege de forma eficaz sus derechos.

A su vez, cada vez es más común escuchar historias que rozan el absurdo. Como el caso ocurrido recientemente en Terrassa, donde un grupo intentó okupar un piso que ya estaba ocupado de manera ilegal. La okupación ha pasado de ser una problemática marginal a convertirse en un tema central en el debate social y político.

Los conflictos derivados de esta práctica no solo afectan a los propietarios, sino también a los vecinos y a veces incluso a otros okupas, como ocurrió en este caso reciente. La historia que tuvo lugar en el barrio de Sant Pere Nord es un claro ejemplo de cómo este grave fenómeno puede alcanzar niveles de surrealismo muy preocupantes.

El surrealista caso vivido en Terrassa

El pasado miércoles 13 de noviembre, en pleno mediodía, la Policía Municipal de Terrassa fue alertada de una situación insólita. Un hombre llamó desesperado a las autoridades, denunciando que un grupo de individuos había irrumpido en el piso donde residía. Y lo habían amenazado con cuchillos para obligarlo a abandonar la vivienda.

Según la versión del denunciante, los intrusos tenían la intención de quedarse a vivir allí de forma permanente. Tres patrullas de la Policía Municipal se desplazaron rápidamente al lugar de los hechos. Allí encontraron a cinco hombres dentro del piso y al denunciante, visiblemente alterado, fuera de la vivienda.

Dos agentes de la policía local de espaldas con chalecos reflectantes amarillos y uniformes negros patrullando una calle.
Dos agentes de la Policía Local | ACN

Tras investigar lo ocurrido, los agentes confirmaron que los cinco individuos habían accedido al inmueble de manera violenta y habían obligado al hombre a salir de malas maneras. Haciendo uso de amenazas e intimidación. En el registro posterior, se confiscaron varias armas blancas que los agresores habían utilizado durante el altercado.

Los cinco hombres fueron detenidos de inmediato por los delitos de allanamiento de morada y amenazas graves. Sin embargo, cuando los agentes comenzaron a tomar declaración al denunciante, el caso dio un giro inesperado.

La sorpresa de la Policía al pedirle la documentación

Al solicitarle la documentación que acreditara su derecho sobre la vivienda okupada, como un contrato de alquiler o también una escritura, el hombre no pudo presentar ninguna prueba. Fue entonces cuando las autoridades sospecharon que él también era un okupa, que residía en la vivienda de forma fraudulenta.

El hombre quedó bajo investigación por un presunto delito de usurpación de inmueble. Así, el caso pasó de ser un intento de okupación violenta a un enfrentamiento entre dos okupas por el control del mismo inmueble. Esta situación, tan absurda como preocupante, pone de manifiesto el descontrol existente en torno a este fenómeno en Catalunya.

Este incidente no solo evidencia la escalada del problema de la okupación, sino también los desafíos que enfrentan las autoridades para gestionarlo. Por un lado, los propietarios legítimos demandan soluciones más efectivas y rápidas para recuperar sus inmuebles. Por otro, los okupas, en muchos casos personas vulnerables, también exigen alternativas habitacionales para evitar caer en la ilegalidad.