El verano ha vuelto a demostrar su cara más imprevisible en el interior catalán, donde la amenaza de incendios forestales se mantiene siempre latente pese a la vigilancia constante y los esfuerzos de prevención. Las altas temperaturas y la escasez de lluvias, sumadas a la actividad humana y los propios ciclos del bosque, hacen que cualquier chispa pueda desencadenar la movilización inmediata de los equipos de emergencia en cuestión de minutos.
Esta jornada ha estado marcada por una nueva intervención que, aunque ha mantenido la situación bajo control, ha obligado a un importante despliegue de recursos en un entorno natural de especial valor ambiental.
El incendio se declara cerca del pantano de Salàs de Pallars
Los hechos han ocurrido este domingo 15 de junio de 2025, en el entorno del turonet de Sant Roc, cerca de la localidad de Salàs de Pallars, en la comarca del Pallars Jussà.

Pasadas las cinco y media de la tarde, los Bomberos de la Generalitat han sido alertados de la presencia de un foco de incendio forestal en una zona próxima a diversos puntos de agua y al pantano de la zona, lo que ha incrementado la preocupación por la posible propagación del fuego.
En respuesta, se han movilizado hasta ocho dotaciones de bomberos, incluyendo una unidad aérea del Grup de Mitjans Aeris (MAER), que se han desplegado de forma estratégica para atacar las llamas desde tierra y aire. El objetivo principal ha sido frenar el avance del fuego y evitar que pudiera acercarse a zonas más densamente arboladas o instalaciones sensibles.
Fuego de baja intensidad y un contexto geográfico clave
A diferencia de otros grandes incendios registrados en Catalunya en años anteriores, este suceso ha estado marcado desde el inicio por una menor intensidad de las llamas, tal como han informado los propios servicios de emergencia.
Según fuentes oficiales, el fuego ha avanzado lentamente gracias a las condiciones de humedad relativa en la zona y a la proximidad de varios puntos de agua y del embalse, que han facilitado la labor de los equipos de extinción.
Las imágenes captadas por las cámaras de vigilancia del sistema #Sentinella muestran una columna de humo moderada, lejos del aspecto amenazador que suelen presentar los grandes incendios estivales. Esta circunstancia ha permitido a los bomberos trabajar con mayor eficacia, manteniendo la situación bajo control y evitando daños significativos tanto en el entorno forestal como en las infraestructuras cercanas.
Coordinación y prevención: claves en la gestión del riesgo
La rápida movilización de recursos y la coordinación entre medios terrestres y aéreos han sido determinantes para contener el incendio en el menor tiempo posible.

Según han destacado fuentes de Bombers, la estrategia ha consistido en aprovechar la cercanía del agua para cargar y lanzar descargas sobre los focos más activos, mientras los equipos terrestres realizaban labores de remate y vigilancia para evitar rebrotes.
Este episodio vuelve a poner sobre la mesa la importancia de la prevención y la vigilancia constante en el entorno rural y forestal catalán. La tecnología, como el sistema de cámaras #Sentinella, juega un papel fundamental a la hora de detectar con rapidez los primeros signos de fuego y facilitar una respuesta inmediata de los servicios de emergencia.