Humo blanco elevándose desde un campo agrícola rodeado de árboles y cultivos

Otro incendio: Ahora al lado de la GI-632

El trabajo de los bomberos está siendo clave

Las emergencias rurales parecen multiplicarse durante las jornadas de calor, sorprendiendo incluso a quienes piensan que un campo segado puede ser terreno seguro.

Pero basta una chispa, un descuido o incluso el simple azar, para que el humo vuelva a levantar alerta sobre la fragilidad del paisaje agrícola catalán. La tarde del sábado 28 de junio ha vuelto a poner a prueba la capacidad de respuesta de los bomberos, que han tenido que intervenir en varios puntos de la geografía catalana casi al mismo tiempo.

Incendio de matojos en la Tallada d’Empordà

El último episodio ha tenido lugar cerca de la carretera GI-632, a la altura de la Tallada d’Empordà, donde se ha declarado un incendio de matojos en baja intensidad en un campo recientemente segado. La alerta se ha recibido pasadas las seis de la tarde, concretamente a las 18:11 horas, y desde el primer momento los equipos de emergencias han movilizado un importante dispositivo.

Dos camiones de bomberos rojos estacionados.
Camiones de bomberos | @bomberscat

Cuatro dotaciones terrestres y un helicóptero han trabajado para controlar las llamas que, según los Bomberos de la Generalitat, no presentaban continuidad y, por tanto, han podido ser contenidas antes de propagarse por el terreno agrícola.

A diferencia de los incendios forestales de gran magnitud, en este caso el fuego avanzaba lentamente, afectando sobre todo a zonas de matollar y a los restos vegetales que suelen quedar en el campo tras la siega. Este tipo de incendios pueden parecer menores, pero exigen una respuesta rápida para evitar que un cambio de viento o un aumento repentino de temperatura convierta un foco menor en una emergencia de gran envergadura.

Ola de incendios en plena campaña agrícola

Lo ocurrido esta tarde en la Tallada d’Empordà se suma a otro incendio registrado apenas dos horas antes en la zona de Roquetes, en Lleida, muy cerca de la A-2. En ese caso, la intervención de los bomberos fue también crucial para frenar el avance de las llamas en un sembrado de cañas, gracias a la alerta temprana de los conductores que avistaron la columna de humo desde la autovía.

Ambos episodios evidencian un patrón cada vez más frecuente en la campaña de verano: los campos catalanes se ven especialmente expuestos durante los días secos y calurosos, cuando cualquier resto vegetal, por inofensivo que parezca, puede convertirse en el origen de un incendio.

Los incendios rurales de baja intensidad, como el de la Tallada d’Empordà, suelen quedar fuera de los grandes titulares, pero representan una amenaza constante para el sector agrícola y el medio natural. Los servicios de emergencia insisten cada año en la importancia de la prevención, el mantenimiento de franjas limpias y la vigilancia activa, especialmente en días con condiciones climáticas adversas.

Coordinación y tecnología: Claves en la respuesta

La intervención en la Tallada d’Empordà ha contado no sólo con unidades terrestres, sino también con apoyo aéreo mediante helicóptero, una muestra del alto nivel de coordinación y tecnología que caracteriza a los Bomberos de la Generalitat.

Persona de espaldas con chaqueta roja de bomberos y paisaje de montañas al fondo
Nuevo incendio en Catalunya, está siendo una tarde complicada | XCatalunya

El uso de medios aéreos permite evaluar la situación en tiempo real y dirigir los esfuerzos allí donde el riesgo es mayor, minimizando el tiempo de reacción y optimizando los recursos disponibles. El vídeo captado desde el aire y difundido por los Bomberos da fe de la extensión potencial del incendio y de la importancia de atajarlo rápidamente antes de que pueda reavivarse.

En la lucha contra los incendios rurales, la colaboración entre cuerpos de emergencias, agricultores y ciudadanía resulta determinante. Cada aviso temprano, cada llamada al 112 ante la visión de una columna de humo, puede salvar hectáreas de cultivo y evitar situaciones mucho más graves.