Los Mossos d'Esquadra de la Unidad de Investigación de Santa Coloma de Gramanet detuvieron el 22 de octubre a dos hombres de 39 y 38 años como supuestos autores de un delito de extorsión. Los hechos se remontan al 2 de octubre, cuando un hombre vio un anuncio en el que se vendía una videoconsola de segunda mano por internet.
La extorsión a partir de una videoconsola
El interesado quedó con el vendedor en Badalona y después se trasladaron a Sant Adrià del Besòs para ir a buscar el aparato. Allí habría ocurrido la extorsión, con un engaño donde exigía a la víctima el pago de 8.500 euros bajo amenazas de muerte. Luego se le exigió más dinero hasta que acabó pagando más de 18.000 euros y recibió aún otra amenaza para pagar otros 11.000 euros.
Según los Mossos, en Sant Adrià el vendedor le dijo al comprador que la policía acababa de detener a su primo y que habían comisado la videoconsola, ya que era sustraída. Por eso, el vendedor le amenazó de muerte y le exigió el pago de 8.500 euros con el objetivo de pagar a un abogado para su primo, porque según él todos eran partícipes del hecho y estaba involucrado.
Aunque accedió a realizar el pago de los 8.500 euros, según los Mossos las amenazas de muerte continuaron y le habrían exigido más dinero. La víctima temía entonces por su integridad e hizo otros tres pagos, dos de 3.500 y uno de 3.000 euros. Por último, denunció los hechos a los Mossos, ya que había recibido otra amenaza en la que le exigían otros 11.000 euros.
Al recibir la denuncia, los investigadores de la comisaría de Santa Coloma de Gramanet se hicieron cargo del caso y montaron un dispositivo que culminó el 22 de octubre con la detención de la persona que le estaba extorsionando y otro hombre que le acompañaba.
El acompañante quedó en libertad tras declarar en sede policial mientras que el extorsionador pasó a disposición judicial en el juzgado de instrucción en funciones de guardia de Santa Coloma de Gramenet.
La gravedad del caso
La extorsión es considerada un delito grave debido al impacto directo que tiene sobre la libertad y el bienestar de las víctimas. Este crimen implica la obtención de beneficios económicos, materiales o de otro tipo mediante amenazas, intimidación o coacción, forzando a la víctima a actuar en contra de su voluntad por temor a represalias.
La gravedad del delito radica en la forma en que atenta contra los derechos fundamentales de la persona, ya que el extorsionador manipula y se aprovecha de la situación de vulnerabilidad de la víctima, generando consecuencias psicológicas que pueden ser duraderas. En muchos casos, la extorsión se da en el ámbito personal, laboral o empresarial, incrementando el impacto negativo en la calidad de vida y seguridad de la persona extorsionada.