Mientras las nevadas en el norte de Catalunya acaparaban titulares, otro fenómeno meteorológico dejó su huella en la tarde noche de ayer. El viento sopló con tal intensidad que llegó a convertirse en un factor de peligro en ciertas zonas, generando situaciones críticas. Las autoridades advierten que este tipo de episodios, aunque menos visibles que la nieve, tienen un impacto igual de significativo, sobre todo en áreas costeras.
En Roses, localidad del Empordà, se registraron ráfagas de viento que superaron los 100 km/h, según datos reportados por estaciones meteorológicas locales. Uno de los registros más impactantes fue el de 95,2 km/h, considerado el récord anual en esta zona. Este dato refleja la fuerza de la tramontana, un viento característico del Empordà que suele ser intenso, pero que ayer alcanzó niveles extraordinarios. Alejandro Abad compartió en redes sociales imágenes del puerto de Roses, donde las banderas y estructuras apenas resistían la fuerza del viento.
La tramontana no solo afecta la sensación térmica, sino que representa un serio riesgo para quienes se encuentren cerca de la costa. En situaciones así, el oleaje y la inestabilidad en el terreno pueden ser letales. Las autoridades recomiendan evitar paseos cerca del agua durante estos episodios, ya que las ráfagas pueden desestabilizar a peatones o vehículos.
Este fenómeno también tiene implicaciones más allá del peligro inmediato. En la costa, el viento puede causar daños en infraestructuras portuarias, embarcaciones y locales comerciales. Los pescadores, por ejemplo, deben suspender sus actividades por la imposibilidad de navegar con seguridad. Incluso en tierra firme, se reportaron problemas en la circulación debido a ramas y objetos arrastrados por las ráfagas.
Las 'tramontanadas'
Las imágenes compartidas por Alejandro Abad mostraban un puerto azotado por el viento, con banderas completamente desplegadas y el agua del mar formando espuma por la fuerza de las ráfagas. Estos registros sirven como evidencia del impacto de la tramontana, un fenómeno que define en gran parte el clima de la región.
Las autoridades meteorológicas continúan emitiendo alertas para prevenir riesgos mayores. Aunque el viento comenzó a disminuir esta mañana, no se descarta la posibilidad de nuevas ráfagas durante los próximos días. Es crucial estar atento a las recomendaciones y evitar exponerse innecesariamente a este tipo de situaciones.
Este episodio pone de manifiesto la necesidad de tomar en serio las alertas por viento, especialmente en una región como el Empordà, donde la tramontana forma parte de la vida cotidiana. Aunque habitual, la fuerza alcanzada ayer recuerda que la naturaleza puede sorprender incluso en los lugares más acostumbrados a sus caprichos. Las imágenes y registros quedarán como testimonio de un día en que el viento se convirtió en protagonista absoluto.