Una escena de película se vivió ayer cuando un vehículo protagonizó un accidente poco común, causando momentos de tensión entre los testigos y los servicios de emergencia. El coche acabó precipitándose a un canal, desencadenando una operación rápida y efectiva para evitar daños mayores.
El hecho sucedió en Amposta, concretamente en el canal derecho del río Ebro, sobre las 19:30 horas. La rápida actuación de tres dotaciones del cuerpo de bomberos fue clave para gestionar la complicada situación, que afortunadamente no dejó víctimas.
La intervención decisiva de los bomberos
El accidente ocurrió cuando el coche, con dos ocupantes en su interior, perdió el control y terminó sumergiéndose en el canal. Según los testigos, el vehículo se desplazó unos 300 metros dentro del agua, lo que añadió tensión y dramatismo al incidente. Las tres dotaciones de bomberos desplazadas al lugar lograron asegurar rápidamente el vehículo, evitando así que siguiera avanzando corriente abajo y complicando aún más la operación de rescate.

Los dos ocupantes, que se encontraban en evidente estado de nerviosismo, lograron salir por sus propios medios del automóvil sin sufrir lesiones. Aun así, fueron evaluados en el lugar por el personal sanitario desplazado hasta la zona del accidente como medida preventiva. La tranquilidad volvió rápidamente al lugar gracias a la pronta y eficaz actuación de los cuerpos de emergencia.
Una zona sensible a los accidentes
El lugar del accidente, cercano a Amposta y parte de la red hidráulica que se nutre del río Ebro, es conocido por su belleza paisajística pero también por representar ciertos peligros viales, especialmente durante las horas nocturnas o de visibilidad reducida.
Aunque no es habitual que ocurran sucesos de esta magnitud, los vecinos han reclamado en diversas ocasiones medidas adicionales para incrementar la seguridad vial en la zona.
Según informan desde el cuerpo de bomberos, este tipo de accidentes en canales suele requerir intervenciones rápidas, pues el riesgo de que el vehículo se desplace arrastrado por la corriente complica notablemente las tareas de rescate y recuperación. La pericia y experiencia de los equipos actuantes resultan cruciales para evitar desenlaces trágicos.