Cualquier persona que se convierte en padre o madre, es perfectamente conocedora que su vida quedará condicionada por un sufrimiento inevitable acerca de la integridad de sus hijos. Algunos lo llevan mejor que otros, y no podemos permanecer en un estado de inseguridad permanente, pero todo se acelera con casos como el siguiente.
El incidente ha acontecido este primer lunes de junio, en el instituto-escuela Catalunya, situado en el barrio de Mira-sol de Sant Cugat del Vallès y unida a la localidad de Valldoreix. Según una información de Cugat Mèdia, al salir de una actividad extraescolar, un alumno del centro coincidió con un hombre que bajaba de una furgoneta blanca debidamente aparcada frente al centro educativo. El mismo alumno ha informado que el hombre aparentaba unos 40 años de edad, y es fácilmente identificable por un prominente tatuaje de un dragón en el cuello y un piercing en una oreja. Este individuo con acento foráneo, ofreció un helado al chico.
Por suerte, el alumno tuvo la serenidad para evitar caer en cualquier posible emboscada y decidió compartirlo con el centro y con su familia. Los padres ya han llevado a cabo la denuncia correspondiente a los Mossos de Escuadra. Si bien se trata de un caso puntual, el incidente experimentado por este chico reabre el debate acerca de la seguridad de nuestros hijos, y la consciencia de que siempre hay que avisar al cuerpo policial ante cualquier sospecha.
La escuela-instituto Catalunya está situada en una zona tranquila y para nada conflictiva. Se imparten clases de ciclo infantil, ciclo inicial, ciclo medio, ciclo superior, primer ciclo de secundaria y segundo ciclo de secundaria. Disfruta de una gran reputación y, obviamente, este percance no tiene nada que ver con la dinámica del centro ni sus normas para preservar la seguridad de sus alumnos.
La problemática de los agresores
Según un estudio sobre la epidemiología del abuso, concluye que más del 80 % de los abusadores son conocidos por los niños y las niñas y cerca del 50 % de las agresiones suceden en el entorno familiar. Por otro lado, el abuso se da en todo tipo de familias y contextos, con progenitores divorciados, separados, con la tutela a cargo de un familiar o de varios, o en espacios de la Administración Pública. Solo en el 12,5 % de los casos el agresor tiene antecedentes. En niños o menores de 13 años suele tratarse en la mayoría de los casos de un familiar o allegado, en niños más grandes prevalecen las personas desconocidas.
Otro estudio publicado por una revista de psiquiatría, el comportamiento de un adulto agresor hacia un menor no suele ser violento. Lo habitual es que logre convencerlo para mantener la relación. Esto se debe a que la inocencia hace del pequeño un ser manipulable. Además, estos sujetos tienden a retraerse de manera social y le temen a la humillación. Esto conlleva que se relacionen mejor con los críos, ya que los adultos les generan ansiedad.
Datos y características que pueden ayudar a identificar a un posible agresor, ya sea en un centro educativo como es el caso, o bien dentro de un entorno de amistad o de familia. No podemos mantenernos en un estado de sospecha constante, pero sí resulta muy importante permanecer atento ante cualquier posibilidad.