Un trágico accidente ha sacudido este domingo la localidad de Portè-Puymorens, en la Alta Cerdanya, situada en la Catalunya del Nord. Al menos dos personas han perdido la vida y 14 han resultado heridas tras el impacto de un autobús que circulaba por la carretera N-320.
Según los primeros datos proporcionados por Protección Civil de la Generalitat y las autoridades locales, el vehículo había partido de l’Hospitalet de Llobregat y se dirigía hacia una zona cercana a la estación de esquí de Portè-Puymorens.
Un choque mortal contra un acantilado
El accidente tuvo lugar alrededor de las 17:00 horas, cuando los servicios de emergencia recibieron el aviso de que el autobús se había salido de la vía, chocando contra un acantilado. Este primer impacto dejó un saldo de dos personas fallecidas, mientras que siete de los heridos se encuentran en "estado de emergencia absoluta" y otros siete en "estado de emergencia relativa". En total, en el autobús viajaban 47 personas, incluyendo el conductor, según el balance inicial proporcionado por las autoridades francesas.
Las causas del accidente todavía están bajo investigación. Sin embargo, los primeros indicios apuntan a que el vehículo perdió el control por causas que aún no han sido confirmadas, lo que lo llevó a impactar contra la formación rocosa. Este tipo de accidentes, especialmente en zonas de montaña como Portè-Puymorens, destacan por su peligrosidad debido a las condiciones de las carreteras y los desniveles pronunciados.
Un despliegue masivo de recursos
La magnitud del accidente ha requerido la movilización de un importante operativo de emergencias, compuesto por más de 120 efectivos de los bomberos franceses, provenientes de los Pirineos Orientales, la Ariège y el Aude. A estos se han sumado equipos de los Bombers d’Andorra y del Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM) de Catalunya, que han colaborado en la evacuación de los heridos y en la atención psicológica a las víctimas y sus familiares.
Entre los recursos movilizados por el SEM destacan siete unidades terrestres, una unidad logística, dos comandantes, un equipo de soporte psicológico y un helicóptero medicalizado. Además, se han activado dos comandantes en la Central de Coordinación Sanitaria para gestionar la situación de emergencia de manera más eficaz. La Gendarmería, por su parte, ha desplegado 18 agentes para controlar el tráfico en la zona y garantizar la seguridad de los equipos de rescate.
Atención a los heridos
Los heridos han sido trasladados a diferentes hospitales, tanto en Francia como en Catalunya, dependiendo de la gravedad de sus lesiones. Mientras los heridos en estado crítico han sido llevados a centros hospitalarios con capacidades especializadas, aquellos con lesiones menos graves han sido atendidos en instalaciones cercanas.
Este accidente ha puesto de manifiesto la importancia de la cooperación transfronteriza en situaciones de emergencia. La rápida coordinación entre los equipos de Francia, Andorra y Catalunya ha sido clave para atender a las víctimas de manera eficaz, especialmente en una región montañosa donde las condiciones de rescate pueden ser extremadamente complicadas.
Un impacto emocional profundo
Además del despliegue logístico, el accidente ha dejado una profunda huella emocional en las comunidades locales y en las familias de las víctimas. Los equipos de soporte psicológico han estado trabajando desde el primer momento para ofrecer apoyo tanto a los supervivientes como a los familiares de las personas afectadas.
A medida que las autoridades avancen en la investigación, se espera que se puedan esclarecer las causas exactas de este trágico accidente. Mientras tanto, la comunidad de Portè-Puymorens y los alrededores permanece consternada ante este suceso que deja dos vidas truncadas y una estela de dolor entre las decenas de afectados.