Un escalofriante caso de abuso animal ha conmocionado a la localidad de Roda de Berà, donde un hombre de 47 años fue detenido este miércoles acusado de agredir sexualmente a varios animales de granja. La investigación se inició en noviembre de 2022, cuando la propietaria de una explotación ganadera alertó a las autoridades tras encontrar a dos de sus animales con graves lesiones genitales. Con el tiempo, nuevos incidentes en otras granjas confirmaron que se trataba de un agresor reincidente, lo que desencadenó una operación de vigilancia para identificarlo.
Cámaras de seguridad, la clave para capturar al agresor
Ante la creciente preocupación entre los ganaderos de la zona, algunos de ellos optaron por instalar sistemas de videovigilancia en las áreas donde se alojaban los animales. Las imágenes registradas revelaron un modus operandi meticuloso: el individuo actuaba siempre de noche y elegía a las mismas víctimas, a las que sometía a brutales agresiones tras inmovilizarlas. La reiteración de estos ataques resultó letal para una de las ovinas, que falleció debido a la gravedad de sus heridas.
Los indicios recogidos permitieron a las autoridades identificar al sospechoso, aunque su captura se vio dificultada por su comportamiento sigiloso. Finalmente, la colaboración ciudadana resultó decisiva: un agente fuera de servicio reconoció al hombre y alertó a una patrulla que logró arrestarlo.
Un caso que genera controversia
Tras su detención, el acusado fue trasladado a la comisaría de los Mossos d'Esquadra de Torredembarra, donde se iniciaron las diligencias previas a su puesta a disposición judicial. No obstante, un aspecto del caso ha generado polémica: la falta de información sobre la nacionalidad del detenido.
Mientras algunos sectores demandan mayor transparencia, otros - los woke habituales - argumentan que este dato no es relevante para el esclarecimiento del crimen.
Este suceso ha reabierto el debate sobre la protección de los animales y la necesidad de endurecer las penas para quienes cometen actos de maltrato extremo. Por ahora, la comunidad de Roda de Berà sigue consternada ante una historia que parece sacada de una pesadilla, mientras espera que la justicia actúe con la severidad que un caso de tal brutalidad merece.