Las carreteras de alta densidad de tráfico en Catalunya, como la AP-7, son esenciales para la movilidad. Sin embargo, cualquier incidente puede transformarlas en escenarios de caos y largas colas. Esta situación afecta tanto a los conductores habituales como a los transportistas, incrementando el estrés y retrasando la llegada a sus destinos.
En los últimos años, la AP-7 se ha convertido en una de las vías más transitadas. Es clave para conectar importantes municipios catalanes y soporta un gran flujo de camiones. Pero esta gran actividad también la convierte en una de las carreteras con más incidentes, a menudo, cualquier leve colisión o avería genera importantes retenciones.
Este jueves, una serie de accidentes en diferentes puntos de la AP-7 ha puesto de manifiesto lo vulnerable que es esta vía. En concreto, dos incidentes han causado colas de más de 5 kilómetros en distintos tramos, dificultando el tránsito.
Retenciones en el tramo Cerdanyola-Barberà del Vallès
El primer accidente ocurrió entre Cerdanyola y Barberà del Vallès en dirección a Girona. A pesar de que la colisión por alcance ya no ocupaba la vía, los efectos del siniestro persistieron.
Las autoridades informaron de retenciones de hasta 5 kilómetros en el lugar. Aunque los vehículos accidentados fueron retirados rápidamente, el tráfico tardó en normalizarse.
La imagen del incidente refleja una fila interminable de coches y camiones. Este tramo de la AP-7, cercano a núcleos metropolitanos importantes, suele ser crítico en horas punta. La congestión derivada de este accidente afectó tanto a los conductores locales como a quienes transitaban por la autopista hacia otras regiones.
Otro accidente complica el tráfico en Gelida
Un segundo accidente en Gelida, en dirección sur hacia Tarragona, agravó aún más la situación en la AP-7. En este caso, se tuvo que cortar un carril. Las consecuencias fueron inmediatas: 5,5 kilómetros de congestión desde Martorell.
Este tramo, conocido por su densa actividad, quedó colapsado durante horas. Las autoridades intentaron aliviar la situación, pero la reducción de carriles complicó las labores de normalización.
Según las imágenes, la visibilidad en la zona era reducida debido a las condiciones climáticas, lo que pudo influir en el siniestro. Los conductores atrapados en el tráfico expresaron su frustración ante el retraso inesperado.
Una llamada a la precaución
Estos incidentes ponen de manifiesto la importancia de la precaución al volante en carreteras tan concurridas. Las autoridades de Trànsit recordaron la necesidad de mantener la distancia de seguridad y respetar los límites de velocidad. Además, instaron a los conductores a informar de cualquier avería o accidente para facilitar la intervención rápida.
Con la llegada del invierno, las condiciones en la AP-7 podrían complicarse aún más debido al clima adverso. Por ello, se recomienda a los usuarios planificar sus viajes con antelación y consultar los informes de tráfico. La AP-7 sigue siendo vital para la movilidad catalana, pero los retos de su gestión continúan siendo un desafío.