Tráfico moderado en una autopista de varios carriles rodeada de áreas verdes y edificios al fondo en un día despejado

Caos de buena mañana en la B-23: 9km de retenciones

La circulación es muy lenta

El arranque de la jornada se ha visto empañado para miles de conductores, muchos de ellos acostumbrados a una rutina matutina que, pese a lo esperado, hoy ha superado cualquier previsión. Los desplazamientos hacia la capital catalana se han complicado desde primera hora, en un episodio que ha puesto a prueba la paciencia de quienes dependen de esta arteria para llegar puntuales a sus compromisos laborales o personales.

Atascos kilométricos en la entrada a Barcelona

La mañana del 18 de junio de 2025 quedará grabada en la memoria de muchos conductores habituales de la B-23, la vía rápida que conecta municipios del Baix Llobregat con Barcelona.

Según ha informado el Servei Català de Trànsit a través de sus canales oficiales, una retención de 9 kilómetros ha colapsado la circulación entre Molins de Rei y Sant Just Desvern, en sentido Barcelona. La alerta se ha dado poco después de las ocho de la mañana, justo en el momento de máxima afluencia.

Luz de emergencia de un vehículo de los Mossos d'Esquadra bajo la lluvia.
Vehículo de los Mossos d'Esquadra | ACN

Las imágenes de las cámaras de tráfico no dejan lugar a dudas: una larga hilera de vehículos, camiones y furgonetas avanzando a paso de tortuga, mientras el reloj marcaba las 08:03, documentando así la magnitud de la congestión. El vídeo difundido por Trànsit muestra una situación que, lejos de resolverse en pocos minutos, ha ido complicando el acceso a la ciudad condal para los usuarios de esta vía.

Un punto crítico para el tráfico metropolitano

No es la primera vez que la B-23 protagoniza un episodio de estas características. Esta autovía es una de las principales entradas a Barcelona y, en días laborables, soporta una presión de vehículos que multiplica las posibilidades de congestión en caso de cualquier incidencia, ya sea un accidente menor, trabajos de mantenimiento o, como ha sucedido hoy, un volumen de tráfico superior al habitual.

La ubicación de la retención, entre Molins de Rei y Sant Just Desvern, afecta a una de las zonas más sensibles de la red viaria metropolitana.

Desde aquí confluyen vehículos procedentes de otros puntos del Baix Llobregat, del Vallès y, en menor medida, de la AP-2, canalizando todo ese flujo hacia el nudo de L’Hospitalet y la propia entrada a Barcelona por la Avinguda Diagonal. Cada pequeño incidente en este tramo tiene un efecto multiplicador en toda la red, generando colas que pueden superar fácilmente la decena de kilómetros.

Las causas y las consecuencias del colapso

Aunque el Servei Català de Trànsit no ha señalado un incidente concreto como origen de la retención, los datos muestran que la acumulación de vehículos fue el factor determinante. Estas situaciones suelen coincidir con el repunte del tráfico en los días previos al verano, cuando los horarios escolares se flexibilizan y muchas empresas mantienen todavía la jornada completa.

Un coche de los Mossos d'Esquadra estacionado.
Coche de los Mossos d'Esquadra | ACN

Los especialistas en movilidad recuerdan que junio es tradicionalmente un mes de alto riesgo para las retenciones, especialmente en las principales entradas a la capital catalana.

La consecuencia inmediata de este colapso es evidente: miles de personas han visto alterada su jornada, llegando tarde al trabajo, perdiendo citas o enfrentándose al estrés añadido de un atasco inesperado. Más allá del perjuicio personal, estas situaciones ponen en entredicho la capacidad de la red viaria para absorber el tráfico actual y abren el debate sobre la necesidad de potenciar el transporte público y buscar soluciones estructurales al problema de la movilidad metropolitana.