No es extraño que el tráfico pueda convertirse en una auténtica pesadilla en las grandes vías de comunicación, sobre todo a primera hora de la mañana, cuando miles de personas intentan llegar a sus destinos en el menor tiempo posible.
Sin embargo, lo sucedido este martes ha superado con creces cualquier previsión y ha generado un auténtico colapso en una de las autopistas más transitadas del país. El suceso ha obligado a redoblar la paciencia de los conductores y a activar todos los recursos de gestión de emergencias disponibles.
Un accidente dispara las retenciones en plena hora punta
La jornada del 10 de junio de 2025 ha comenzado con importantes complicaciones en la AP-7, una vía clave en el eje de comunicaciones del Vallès y del área metropolitana de Barcelona. A primera hora de la mañana, poco antes de las 8, dos carriles de esta autopista han tenido que ser cortados a la altura de Barberà del Vallès en sentido sur a raíz de un accidente.
Según el Servei Català de Trànsit, la situación ha provocado rápidamente largas colas, con hasta 8 kilómetros de retención acumulados desde la zona de Mollet.
La imagen captada por las cámaras de la Red de Carreteras del Estado, compartida por los canales oficiales de Trànsit, mostraba cómo los servicios de emergencia y asistencia trabajaban sobre el asfalto mientras decenas de vehículos permanecían parados o avanzando con extrema lentitud. Ambulancias, grúas y patrullas de la policía gestionaban el operativo para restablecer la circulación lo antes posible, mientras los conductores afectados consultaban a través de redes sociales y aplicaciones móviles la evolución de la incidencia.
Problemas añadidos: atascos también en sentido norte
La congestión no ha sido exclusiva del sentido sur. En la misma autopista AP-7, la circulación se ha visto afectada también entre Granollers y Parets en dirección sur, así como entre Sant Cugat y Barberà en sentido norte. El tráfico lento y las paradas intermitentes se han multiplicado en varios tramos, provocando un efecto dominó que ha complicado aún más la movilidad en toda la zona del Vallès Occidental.
Este tipo de episodios, aunque relativamente habituales en días laborables, cobran especial gravedad cuando coinciden con un accidente que obliga a cortar carriles en una de las arterias principales de entrada y salida de Barcelona.
El efecto sobre la movilidad es inmediato: vehículos atrapados durante horas, transporte público condicionado y una inevitable alteración de la rutina diaria de miles de ciudadanos.
Una autopista marcada por la saturación y los incidentes
No es la primera vez que la AP-7 se convierte en noticia por un episodio similar. En los últimos años, el crecimiento del tráfico rodado y la densidad de vehículos que cruzan diariamente este corredor han puesto en jaque la capacidad de la vía para absorber situaciones imprevistas. Los accidentes, aunque sean de carácter leve, pueden disparar las retenciones hasta límites insospechados, especialmente en horas punta y en días laborables.
Además, la progresiva desaparición de los peajes ha incentivado el uso de la autopista, lo que se traduce en un aumento de la presión sobre la infraestructura y en mayores riesgos de saturación. Los datos de Trànsit muestran cómo la densidad de vehículos por kilómetro ha ido incrementándose cada año, situando la AP-7 como una de las autopistas más congestionadas de todo el estado, especialmente en los accesos a grandes núcleos urbanos como Barcelona y su área metropolitana.