Las carreteras catalanas han vuelto a ser escenario de una jornada complicada para los conductores que transitaban por una de las vías más importantes y transitadas del país. Unas obras inesperadas han provocado una situación de caos que ha generado largas colas y una notable desesperación entre los usuarios que han quedado atrapados en la congestión.
Este martes 1 de abril por la mañana, los conductores que circulaban en dirección sur, hacia Tarragona, se encontraron con una desagradable sorpresa: un repentino atasco generado por obras de mantenimiento que estaban realizándose en la AP-7, entre Castellví de Rosanes y Martorell.
La sorpresa radicaba principalmente en que no hubo comunicación previa de estas obras, o al menos no de forma suficientemente clara para los usuarios habituales. La Dirección General de Tráfico (DGT) sí había informado mediante sus redes sociales del suceso, pero este aviso llegó demasiado tarde para aquellos conductores que ya se encontraban en ruta.
Las imágenes difundidas en redes sociales muestran claramente largas filas de vehículos en este tramo de la AP-7, uno de los puntos de conexión más utilizados para desplazamientos hacia el sur de Catalunya, especialmente hacia Tarragona y las playas cercanas en períodos vacacionales o fines de semana soleados como el que hemos tenido.
Colas kilométricas
Los conductores afectados han manifestado su descontento en redes sociales, señalando que algunos llegaron a permanecer más de una hora detenidos en el atasco o avanzando lentamente por la autopista. Los mensajes de frustración fueron abundantes, con críticas dirigidas tanto a la administración encargada del mantenimiento vial como a la gestión informativa del incidente.
Las retenciones comenzaron alrededor de las 10 de la mañana y, según las cámaras de tráfico oficiales, a las 10:22 ya se observaba claramente un fuerte ralentizamiento en ambos carriles de la autopista. Los camiones y vehículos pesados también se vieron involucrados en la congestión, agravando la lentitud del tráfico.
Fuentes de la DGT confirmaron posteriormente que estas obras forman parte de un plan más amplio para mejorar la seguridad y el mantenimiento de la AP-7. Además, puntualizaron que este tipo de intervenciones suelen realizarse en horarios de menor afluencia, aspecto que hoy parece haberse obviado completamente.
Un problema recurrente en la AP-7
No es la primera vez que esta autopista se convierte en un foco de problemas. La AP-7, especialmente en su tramo sur, ha sufrido históricamente congestiones recurrentes derivadas de diversos factores: accidentes, obras o simple saturación en temporadas vacacionales. De hecho, durante el último año, las obras de mantenimiento se han intensificado, lo que ha provocado constantes molestias para los conductores, especialmente en fines de semana y festivos.
La falta de rutas alternativas eficientes en esta zona, especialmente para aquellos que van hacia Tarragona y sus alrededores, hace que los conductores se sientan atrapados y sin opciones cuando surge un imprevisto como el de hoy.