El mes de abril ha arrancado con complicaciones serias en las carreteras catalanas, y una de las más destacadas se ha producido este martes en la B-30, a la altura de Barberà del Vallès, donde un accidente de tráfico ha obligado a cortar uno de los carriles en sentido sur. El suceso, que tuvo lugar a primera hora de la mañana, ha coincidido con el tramo más conflictivo del día: la franja en que miles de vehículos se dirigen hacia sus lugares de trabajo. Como consecuencia directa, se han generado retenciones de hasta dos kilómetros, según ha confirmado el Servei Català de Trànsit.
La B-30, que actúa como una vía de circunvalación clave en el área metropolitana de Barcelona, soporta diariamente un elevado volumen de tráfico. Cualquier incidente, por pequeño que sea, tiene un efecto dominó que puede colapsar la movilidad en cuestión de minutos. En este caso, la reducción del carril no solo ha afectado a los conductores en dirección sur, sino que ha ralentizado también los accesos desde vías adyacentes como la AP-7 y la C-58, provocando un auténtico cuello de botella en la zona.

Abril arranca con una elevada siniestralidad viaria
Este accidente en Barberà del Vallès no ha sido un caso aislado. Durante estos primeros días de abril, el Servei Català de Trànsit ha informado de múltiples incidentes repartidos por toda la red viaria catalana. El pasado 1 de abril, por ejemplo, la AP-7 vivió uno de sus días más complicados a la altura de Martorell, donde un siniestro múltiple entre varios turismos provocó más de cinco kilómetros de retenciones en ambos sentidos de la marcha. Fue necesario desviar el tráfico y activar varias dotaciones de emergencias para restablecer la circulación.
Tan solo dos días más tarde, el 3 de abril, un camión averiado en la C-58, muy cerca de Sabadell, obligó a cortar parcialmente uno de los carriles durante más de dos horas. La congestión en esa vía fue especialmente intensa, ya que se trata de una de las más transitadas de la comarca del Vallès Occidental. El colapso afectó no solo a los conductores particulares, sino también al transporte público que circula por esa zona, con retrasos generalizados en varias líneas de autobús interurbano.

Por su parte, el sábado 5 de abril, un nuevo incidente tuvo lugar en la N-II, a su paso por Mataró. Aunque en este caso no se registraron heridos de gravedad, los daños materiales fueron notables y el tráfico quedó interrumpido durante cerca de una hora. Estas cifras reflejan un inicio de mes con una actividad anómala en lo que a siniestros viales se refiere, una situación que preocupa tanto a las autoridades como a los usuarios habituales de estas carreteras.
Llamamiento a la precaución y vigilancia reforzada
Desde el Servei Català de Trànsit han emitido varias recomendaciones a los conductores en vista del aumento de accidentes. Se insiste en la importancia de mantener la distancia de seguridad, evitar distracciones al volante y revisar el estado del vehículo antes de salir a la carretera. Además, se ha reforzado la presencia de patrullas y controles en puntos estratégicos durante las horas punta, especialmente en vías de alta densidad como la B-30, la AP-7 o la C-58.
También se recomienda consultar los canales oficiales del SCT, como la web o la app móvil, donde se actualiza en tiempo real la situación del tráfico en toda Catalunya. Este tipo de herramientas pueden resultar clave para evitar atascos y planificar rutas alternativas con antelación.
El accidente en Barberà del Vallès sirve como recordatorio de que cualquier imprevisto puede desencadenar una cadena de consecuencias en una red viaria ya de por sí tensionada. Y más aún en este arranque de abril, donde parece que la prudencia será más necesaria que nunca.