Las alarmas se han disparado y la prudencia debe ser máxima. Una situación meteorológica crítica ha obligado a las autoridades a elevar al máximo nivel la alerta por riesgo de incendios, una medida drástica pero necesaria para salvaguardar uno de los tesoros naturales más preciados del territorio y, sobre todo, para proteger la seguridad de los ciudadanos. La combinación de factores adversos crea un escenario de peligro extremo que exige una respuesta contundente y la colaboración de todos.
El Cuerpo de Agentes Rurales de la Generalitat ha activado el nivel 4 del Pla Alfa, el más alto de la escala, ante el peligro extremo de incendio forestal que afecta a una parte significativa del nordeste de Cataluña. La medida, que entrará en vigor a las 8:00 horas de la mañana de este domingo, 3 de agosto de 2025, se centra en un total de 19 municipios de la comarca del Alt Empordà, en la provincia de Girona.
Esta decisión no se toma a la ligera; responde a un análisis exhaustivo de las condiciones sobre el terreno, que apuntan a una vulnerabilidad máxima del ecosistema forestal.

Cierre de accesos en Cap de Creus y la Serra de l'Albera
La consecuencia más inmediata y visible de la activación del nivel 4 es la restricción total del acceso a dos de los espacios naturales más emblemáticos y visitados de la región. Se trata del Parque Natural del Cap de Creus y del Paraje Natural de Interés Nacional de la Serra de l'Albera. Esta prohibición afecta a cualquier tipo de desplazamiento por su interior, ya sea a pie, en bicicleta o en vehículo motorizado, con la única excepción de los residentes y los trabajos inaplazables.
El objetivo de esta medida es doble. Por un lado, se busca reducir al mínimo la posibilidad de que una negligencia o un accidente de origen humano pueda provocar una ignición. En condiciones tan adversas, la más mínima chispa puede desencadenar una catástrofe. Por otro lado, se pretende evitar que, en caso de que se declare un incendio, haya personas en una situación de vulnerabilidad en el interior del macizo, lo que complicaría enormemente las labores de extinción y rescate.
El Cap de Creus, el primer parque marítimo-terrestre de Cataluña, y la Albera, hogar de las últimas poblaciones de tortuga mediterránea de la península, son joyas ecológicas cuya protección se convierte en una prioridad absoluta.
Un cóctel meteorológico explosivo
La decisión de los Agentes Rurales se fundamenta en la confluencia de varios factores que conforman un "cóctel" meteorológico perfecto para la propagación de grandes incendios. Aunque el comunicado no detalla las variables, la experiencia en la región del Alt Empordà apunta a una combinación de altas temperaturas, propias del mes de agosto, una humedad relativa muy baja y, sobre todo, la posible entrada de viento de tramontana.
Este viento, seco y racheado, es tristemente célebre en la comarca por su capacidad para avivar y extender las llamas a gran velocidad, convirtiendo un conato en un incendio incontrolable en cuestión de minutos.
El mapa de riesgo compartido por las autoridades es elocuente. Si bien el Alt Empordà se lleva la peor parte con el nivel 4 (color negro), prácticamente toda Cataluña se encuentra en alerta.

Extensas áreas de las provincias de Lleida, Tarragona y la propia Girona aparecen teñidas de naranja (nivel 2, peligro alto) y rojo (nivel 3, peligro muy alto), evidenciando que el riesgo es generalizado. Esta situación, en pleno fin de semana estival, cuando la afluencia al medio natural es mayor, multiplica la tensión y la necesidad de extremar las precauciones.
¿Qué implica el nivel 4 del Pla Alfa?
La activación del nivel 4 del Pla Alfa supone la suspensión inmediata de todas las actividades con riesgo de incendio en el medio natural. Esto incluye la prohibición total de hacer fuego en áreas de recreo, la suspensión de la actividad agrícola que implique el uso de maquinaria en la franja horaria de mayor riesgo (normalmente entre las 12h y las 18h), así como la anulación de cualquier permiso concedido para quemas agrícolas o el lanzamiento de fuegos artificiales. Se trata de un parón casi total de la actividad humana en el bosque y sus alrededores.