Un divertido video compartido en la cuenta de Twitter @PuppiesIover ha conquistado a miles de usuarios con una escena tan tierna como cómica: un pastor alemán que no soporta ver a su dueño coger sus peluches y se los arrebata de inmediato para llevarlos cuidadosamente a su cojín. El clip, que apenas dura 13 segundos, ha superado las 19 mil visualizaciones, y se ha convertido en un ejemplo perfecto de cómo los perros pueden desarrollar actitudes posesivas, especialmente cuando se trata de sus juguetes favoritos.
En el video se puede ver a una adolescente sentada en el suelo del salón, rodeada de varios peluches. Apenas toma uno en sus manos, el perro entra en escena de forma inmediata, lo coge con la boca y lo transporta hasta un cojín situado al fondo de la habitación, donde ya hay otros muñecos acumulados. El proceso se repite una y otra vez, con diferentes juguetes, pero siempre con el mismo resultado: el pastor alemán recupera su tesoro y lo deposita en su rincón, sin mostrar signos de agresividad, pero con una determinación inquebrantable.

El texto superpuesto en el video resume la situación con humor: “When your friend invites you over to play… But doesn’t let you touch their toys” (“Cuando tu amigo te invita a jugar… pero no te deja tocar sus juguetes”). La comparación con los comportamientos infantiles no es casual. Muchos dueños de perros reconocen actitudes similares en sus mascotas, especialmente en razas inteligentes y enérgicas como el pastor alemán, que a menudo establecen rutinas muy marcadas y muestran preferencias claras por determinados objetos.
Explicaciones técnicas
Pero, ¿por qué este perro actúa así? Los expertos en comportamiento canino apuntan a varias posibles explicaciones. En primer lugar, muchos perros desarrollan un vínculo emocional con sus juguetes, especialmente si son blandos y fáciles de morder, como los peluches. Este tipo de objetos les ofrece confort, les recuerda a su madre o a su camada, e incluso puede funcionar como un sustituto del contacto físico cuando están solos.
En segundo lugar, los perros tienen una clara noción de pertenencia. Si un objeto ha estado durante tiempo en su entorno, con su olor y su manipulación habitual, es muy probable que lo consideren suyo. Por eso, cuando otra persona —incluso su dueño— intenta tocarlo o moverlo, el perro puede reaccionar intentando “recuperarlo”, como si lo estuviera rescatando de un secuestro. Lo más curioso del video es que el perro no ladra, no gruñe ni se muestra molesto: simplemente realiza la acción con naturalidad y eficiencia, como si tuviera una misión que cumplir.
El comportamiento también puede tener una base en el instinto de recolección. Algunas razas, especialmente las de pastoreo, muestran conductas acumulativas, como reunir objetos en un mismo lugar. En este caso, el cojín podría funcionar como una especie de “nido” donde el pastor alemán guarda lo que considera valioso. Su insistencia en que cada peluche regrese a ese punto exacto demuestra una especie de organización que, aunque divertida a ojos humanos, es muy coherente desde la perspectiva animal.
Este tipo de actitudes no suele representar ningún problema, a menos que el perro se vuelva agresivo al proteger sus pertenencias. En el caso del video compartido por @PuppiesIover, el animal muestra un comportamiento completamente sano y controlado. Lo que para muchos humanos puede parecer un capricho gracioso, para el perro probablemente es un ritual cargado de sentido: cuidar sus cosas, mantener el orden de su entorno y asegurarse de que nadie más los toque sin su permiso.