Existen muchos alimentos que consumimos a diario y que, aunque comunes en nuestras cocinas, pueden ser perjudiciales para la salud a largo plazo. Los productos ultraprocesados, ricos en sal y aditivos, son especialmente dañinos y contribuyen a enfermedades como la hipertensión o problemas cardiovasculares. Entre estos, las pastillas de caldo son uno de los más señalados por los expertos en nutrición.
El nutricionista Àlex Yáñez de la Cal ha advertido recientemente sobre los peligros de este producto. Aunque su uso es muy extendido por su practicidad y sabor, Yáñez recomienda evitar las pastillas de caldo debido a su alto contenido en sal y aditivos. Este tipo de productos pueden superar con creces el límite diario de sal recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que es de 5 gramos al día. Las pastillas de caldo contienen aproximadamente 52,9 gramos de sal por cada 100 gramos de producto, lo que supone un riesgo considerable para la salud, especialmente para personas con problemas de hipertensión o enfermedades cardiovasculares.
Además de la sal, las pastillas de caldo están compuestas por otros ingredientes poco saludables como el glutamato monosódico, que potencia el sabor de los alimentos y puede aumentar el riesgo de desarrollar sobrepeso. Este aditivo es conocido por su capacidad para hacer que las personas coman más de lo necesario, ya que realza el sabor de los platos y crea una sensación placentera en el paladar, que los usuarios tienden a querer repetir.
Busca alternativas
Yáñez también señala que, aunque algunos productos se comercializan bajo etiquetas "bio" o "naturales", las pastillas de caldo no dejan de ser ultraprocesadas. Estos términos suelen utilizarse como reclamo comercial, pero no garantizan que el producto sea saludable. Según el nutricionista, es preferible optar por alternativas naturales como hierbas y especias frescas para dar sabor a los caldos y guisos. Especias como el tomillo, la cúrcuma, el romero o el jengibre pueden aportar un sabor profundo y saludable sin los riesgos asociados a los productos procesados.
El problema principal de las pastillas de caldo no solo es la sal, sino también la presencia de grasas saturadas, que pueden elevar los niveles de colesterol y contribuir a problemas de corazón. Además, el consumo continuado de estos productos ultraprocesados puede llevar a una acumulación de toxinas en el organismo, aumentando el riesgo de sufrir enfermedades crónicas a largo plazo.
Si buscas alternativas más saludables a las pastillas de caldo, los expertos recomiendan utilizar ingredientes naturales. Puedes preparar tus propios caldos caseros con verduras frescas, hierbas y especias como tomillo, romero, laurel y ajo, que aportan sabor sin el exceso de sal y aditivos. También es útil congelar pequeñas porciones de caldo casero para utilizarlas en futuras preparaciones. Otra opción es recurrir a productos bajos en sal o sin glutamato monosódico, aunque siempre es mejor optar por ingredientes frescos.