Queda todavía más de un mes para que llegue esa época mágica del año llamada Navidad. La mayor parte de las calles ya empiezan a prepararse con decoraciones para recibirla y los comercios hacen lo propio. Otra cosa no, pero si por algo destacamos en territorio español es por saber anticiparnos y prepararnos con tiempo para la llegada de esta festividad.
Hay varias, muchas, cosas típicas propias de la Navidad que se repiten año a año y que no tiene pinta que vayan a dejar de hacerlo. Una de ellas es la de regalar o recibir lotes de Navidad, acogedores de varios productos habituales de la época. Y la cadena Caprabo ya ha lanzado al mercado varias propuestas de este producto, de todos los tipos y para todos los gustos.
Sin ir más lejos, en sus establecimientos, así como en su tienda online, ya hay disponibles hasta 17 variedades diversas de lotes de Navidad. Algunos más sencillos, sólo con lo básico, pero otros mucho más completos. Evidentemente, dependiendo de la cantidad y la calidad de los productos que ofrecen tienen un precio distinto.
Por ejemplo, el Lote 1, el más barato, incluye una botella de vino cosecha blanco 75cl, otra de vino tinto Tempranillo 75cl. También añade alimentos típicos, como una barra Wafer de avellana recubierta de cacao, una tableta de turrón de chocolate con crema, un surtido de Navidad y un estuche de paté. Y todo ello por apenas 11,50 euros.
En el otro lado de la balanza, el lote más completo, el de 165,95 euros, hay una variedad mucho más amplia. Además de lo anterior, aunque con vino y paté de mayor entidad, también viene chorizo y longaniza ibéricos, neulas, bombones, aceitunas, cava, una torta y galletas, entre muchas otras cosas.
El origen de la tradición
Los lotes de Navidad tienen una larga tradición en España, originándose a mediados del siglo XX como una forma de gratificación para los empleados por parte de las empresas. En tiempos de posguerra, cuando las condiciones de vida eran difíciles, los lotes comenzaron a distribuirse con el objetivo de proporcionar productos básicos para las celebraciones navideñas. Estos paquetes incluían alimentos que en aquella época eran considerados productos de lujo, como embutidos, turrones, conservas y bebidas alcohólicas, además de otros artículos de primera necesidad.
Con el tiempo, la tradición evolucionó, y el lote navideño se convirtió en un símbolo de reconocimiento hacia los trabajadores. En la actualidad, los lotes de Navidad siguen siendo una práctica común en muchas empresas, aunque su contenido ha cambiado y se adapta a los gustos y tendencias de consumo actuales. Hoy, estos lotes representan un gesto de agradecimiento y fraternidad en el ámbito laboral durante las fiestas.