El sector financiero español atraviesa tiempos de continua consolidación, con la mirada puesta en fusiones y adquisiciones que refuercen la solvencia de las entidades. Sin embargo, en este escenario, Banc Sabadell ha trazado una estrategia para desmarcarse de las tendencias del mercado y reforzar su posición como jugador independiente. La decisión de no retomar las negociaciones con BBVA para una posible fusión, sumada al anuncio de que no venderá su filial británica TSB, manifiesta el empeño de la entidad por operar en solitario en España. A su vez, esta postura choca con el deseo de los supervisores —Banco de España y Banco Central Europeo (BCE)—, que apuestan por reducir el número de entidades mediante fusiones para crear grupos bancarios más robustos.
Aun así, Josep Oliu, presidente de Banc Sabadell, confía en demostrar que su banco cuenta con los recursos y la capacidad suficientes para sobrevivir sin unirse a otra firma española. Tal es la convicción, que la entidad ha puesto en marcha un nuevo plan de ajuste que podría afectar a unos 1.900 empleados; esta medida se suma a la salida de 1.800 trabajadores en 2024, tras el último acuerdo laboral con los sindicatos. Según fuentes internas, el objetivo de este recorte es aligerar la estructura y reforzar la eficiencia antes de acometer nuevas inversiones de cara al futuro.
Alianzas con bancos europeos, no fusiones domésticas
Uno de los pilares más interesantes del plan del Sabadell es la búsqueda de alianzas estratégicas con intercambios de capital con entidades de la zona euro. El propósito de este tipo de cooperación se orienta a establecer sinergias en materia de distribución de productos y servicios, sin llegar necesariamente a la fusión de activos. De hecho, el BCE y el Banco de España verían con buenos ojos esta fórmula como alternativa a la concentración bancaria dentro de las fronteras españolas.
El Sabadell pretende focalizar su negocio en el segmento de las pymes, un área donde la entidad mantiene una rentabilidad notable y en la que se siente más cómoda que en la operativa de particulares o de grandes corporaciones. A día de hoy, el banco ya cuenta con asociaciones internacionales, como la colaboración que mantiene en bancaseguros con la aseguradora Zurich. Esto demuestra su intención de buscar socios externos capaces de complementar su oferta, sin perder su personalidad independiente ni renunciar al control de su negocio principal.
Operar en solitario sin descartar un futuro acuerdo
Fuentes financieras señalan que el acuerdo de colaboración con un banco europeo sería compatible con la permanencia en solitario en España, al menos en una primera fase. De esta manera, se desvía la presión que recae sobre la entidad para buscar una fusión con otro actor del país, evitando así una mayor concentración del mercado español. Sin embargo, en un horizonte más lejano, no se descarta que esta alianza pueda desembocar en una fusión con un socio comunitario que, en todo caso, no afectaría al modo de operar en el territorio nacional.
La estrategia del Sabadell se asienta sobre dos pilares fundamentales. En primer lugar, el deseo de desmarcarse del ruido que rodea a las entidades bancarias españolas, muchas de las cuales se han visto abocadas a negociar uniones para ganar solidez y reducir costes. En segundo lugar, la apuesta por un modelo flexible, donde la alianza con un banco de la zona euro permitiría compartir costes, tecnología y procesos, pero manteniendo la marca y la operativa propias en el mercado doméstico.
¿Un riesgo o una oportunidad?
La jugada del Sabadell conlleva riesgos y oportunidades a partes iguales. Por un lado, la independencia suele implicar una mayor dificultad para lograr economías de escala y para competir con gigantes cada vez más sólidos. Por otro, operar en solitario brinda mayor margen de maniobra para tomar decisiones estratégicas sin tener que someterlas a los equilibrios que implicaría un socio local. Con la perspectiva de alianzas cruzadas en Europa, el banco intenta adelantarse a la evolución del sector, donde los expertos vislumbran fusiones transfronterizas para formar grandes grupos paneuropeos.
En definitiva, la jugada in extremis del Banc Sabadell busca apuntalar su viabilidad fuera de la esfera del BBVA y de cualquier otra unión forzada. Su plan pasa por un redimensionamiento que mejore la eficiencia y por la firma de alianzas estratégicas con entidades europeas. Solo el tiempo dirá si esta apuesta se convierte en un nuevo modelo de referencia para el sector bancario nacional o si, por el contrario, culmina en una fusión de corte transnacional que termine con la independencia de la entidad que preside Josep Oliu.