El reciente descubrimiento en el Everest ha generado una conmoción en la comunidad de alpinistas y expertos en historia del montañismo. Un equipo de National Geographic anunció hace dos semanas el hallazgo de una antigua bota con un pie humano. Que, según las primeras investigaciones, podría pertenecer a uno de los misteriosos personajes de la historia del Everest: “Sandy” Irvine.
Este hallazgo promete arrojar luz sobre el enigma de si George Mallory y su compañero Irvine alcanzaron la cumbre de la montaña en 1924. Casi tres décadas antes de que sir Edmund Hillary y Tenzing Norgay lograran oficialmente esta hazaña en 1953.
El misterio de 1924: ¿Mallory e Irvine primeros en la cumbre?
Desde 1953, se considera que el neozelandés Hillary y el sherpa Tenzing fueron los primeros en lograr el hito de pisar la cima del Everest. Lo cual catapultó sus nombres a la historia mundial del montañismo. Sin embargo, 29 años antes de esa exitosa expedición, los británicos Mallory e Irvine desaparecieron en la parte alta de la montaña.
Alimentando el mito de que pudieron haber alcanzado la cumbre antes de su trágico final. La última vez que se vio a Mallory e Irvine fue en el “segundo escalón” de la montaña, a más de 8,500 metros de altura. Desde entonces, investigadores, exploradores y alpinistas han debatido si los dos escaladores llegaron a cumplir su objetivo antes de sucumbir al inhóspito entorno.
En 1999, se encontró el cuerpo de Mallory, lo que avivó las esperanzas de hallar pruebas definitivas sobre su éxito o fracaso en la escalada. Sin embargo, hasta ahora, las respuestas sobre su posible llegada a la cumbre y el paradero de Irvine seguían siendo un enigma.
La importancia del reciente hallazgo
El hallazgo de la bota, que parece corresponder a las utilizadas en la década de 1920, y del pie al que estaba unido podría proporcionar pistas concluyentes sobre el misterio. Según las declaraciones de National Geographic, los objetos fueron encontrados en una zona en la que ningún equipo de alpinistas actuales ha informado sobre una presencia humana reciente. Lo cual sugiere una posible relación con los exploradores de la época de Mallory e Irvine.
El pie se hallaba bien conservado por las gélidas condiciones del Everest, lo que facilita los estudios de datación y análisis de tejidos. Con estas pruebas, los científicos esperan establecer una fecha aproximada de la muerte y, con suerte, confirmar si realmente pertenece a Irvine.
Un posible cambio en la historia del alpinismo
De confirmarse que los restos son de Irvine, este hallazgo abriría la puerta a reinterpretar la historia del Everest y del montañismo en general. Esto no solo cambiaría la visión sobre los primeros logros en esta montaña, sino que podría modificar la perspectiva del montañismo británico y mundial.
Que durante mucho tiempo celebró la figura de Hillary como el primer conquistador del Everest. A su vez, el descubrimiento reforzaría la leyenda de Mallory e Irvine. Quienes, al igual que otros exploradores de la época, desafiaron los límites humanos y las capacidades técnicas de su tiempo.
Una respuesta a un enigma centenario
A pesar de que aún no se ha confirmado si Irvine y Mallory alcanzaron la cima, el descubrimiento del pie y la bota representa un paso importante para desentrañar el misterio. Con los avances en tecnología y análisis genéticos, la comunidad internacional de alpinismo sigue de cerca los resultados de los estudios que National Geographic llevará a cabo en los próximos meses.
Para los investigadores y amantes de la montaña, la posibilidad de resolver finalmente esta incógnita es un hito emocionante que podría hacer que el Everest reescriba su historia.