Un adorable vídeo publicado por la cuenta de Twitter @PuppiesIover ha causado sensación en las redes sociales al mostrar a un perro sentado frente a un piano como si estuviera interpretando una pieza musical. El protagonista, un Golden Retriever de gesto concentrado y postura firme, se coloca con total naturalidad delante del instrumento, moviéndose con elegancia como si se tratara de un pianista profesional. Aunque las imágenes no muestran directamente sus patas sobre las teclas, todo en su actitud —desde el balanceo del cuerpo hasta su expresión facial— sugiere que está entregado por completo a la “interpretación”.
En tan solo 18 segundos, este clip ha logrado captar la atención de más de 20.000 personas, que no han podido resistirse a compartirlo, etiquetarlo y comentarlo. No es para menos: la idea de que un perro pueda tocar un piano —o al menos simularlo de manera tan convincente— no solo es enternecedora, sino también fascinante desde el punto de vista del comportamiento animal.

El Golden Retriever es, de por sí, una de las razas más inteligentes y sociables del mundo canino. Son conocidos por su facilidad para aprender trucos, por su sensibilidad emocional y por su deseo constante de complacer a los humanos. Todo esto, combinado con su capacidad de observación, puede hacer posible que un perro como este llegue a asociar el piano con estímulos positivos: atención, caricias o incluso premios.
La relación entre los perros y la música
Aunque no es la primera vez que un perro “interpreta” música, lo llamativo de este vídeo es la actitud. No parece que el animal esté simplemente jugando o golpeando teclas al azar. Hay algo en su mirada, en la forma en que se inclina, que sugiere concentración y entrega. De hecho, en la primera imagen se le ve incluso con las orejas levantadas y el cuerpo ligeramente inclinado hacia delante, como quien se prepara para una entrada enérgica. Todo recuerda a un músico pasional perdido en su arte.
Varios estudios han demostrado que los perros reaccionan positivamente ante ciertos tipos de música, especialmente la clásica. Pueden relajarse, dormirse o incluso mover la cola al compás de melodías suaves. Por tanto, la relación entre perros y música no es nueva. Lo que sí resulta novedoso es la forma en que algunos dueños han sabido canalizar esa afinidad hacia pequeñas rutinas de “composición” o simulaciones de interpretación.
En este caso, no es difícil imaginar que el Golden Retriever haya sido entrenado con refuerzos positivos para subirse al banco, mover las patas y “tocar” algunas teclas. Pero más allá del adiestramiento, lo que ha conquistado a miles de usuarios es la conexión emocional que se transmite. Ese momento congelado en el que el perro parece formar parte de la banda sonora del hogar.
El espacio también acompaña: la habitación parece una sala de música o un estudio doméstico con luz natural, flores sobre el piano y un ambiente tranquilo, lo que ayuda a construir una atmósfera cálida y perfecta para la escena. El reflejo del piano en la superficie brillante de la tapa añade un toque cinematográfico que refuerza aún más la estética del vídeo.