A los pies del Pedraforca, en Saldes, la Sheila Malo, propietaria de Tulipmania, tiene una plantación con más de 350 variedades de tulipanes. Un cultivo que, en abril, durante su floración, se convierte en toda una alfombra de colores. Y eso atrae a miles de visitantes, sobre todo del área metropolitana, pero también de otros puntos del país e, incluso, del extranjero. "Les llama mucho la atención que haya este tipo de flor aquí, pero el tulipán se cultiva desde hace siglos en Europa", subraya Malo.
La iniciativa, que a lo sumo un mes, se ha convertido en todo un fenómeno turístico en la comarca, donde existe otra plantación en Capolat. Y, de rebote, revitaliza bares y restaurantes de la zona en un mes de temporada baja. Miel Valencia tiene 11 años y este mes de junio hará la comunión. Antes ha querido hacer una sesión de fotografías vestida tal como irá el día de la fiesta. Y tenía claro dónde quería hacerla: "Quería un campo de flores, y aquí las he encontrado. Tiene mucho color y queda muy bien. Es precioso".
Lo que realmente cuesta, en realidad, es encontrar un agujero para hacerse la foto sin que haya turistas de por medio. Y es que Tulipmania se ha convertido en todo un fenómeno en las semanas que dura la floración, desde principios de abril hasta finales de mes. De hecho, entre semana, la iniciativa puede atraer a más de 200 visitantes y, durante el fin de semana, la cifra se dobla. Y todo esto en un pueblo con poco más de 300 habitantes censados.
La iniciativa ha servido para revitalizar la zona y la comarca. De hecho, el cultivo se ha plantado en un campo abandonado, situado a 1100 metros de altitud. "Hay restaurantes que habitualmente no abren entre semana, pero ahora sí lo hacen porque saben que tendrán gente que viene a ver las flores", explica la alcaldesa de Saldes, Dolors Jiménez. Y eso, asegura, es importante en plena temporada baja a la vez que encaja con el trabajo que el consistorio está realizando para desestacionalizar el turismo. Entre los turistas, se encuentra Montserrat Duran que visita el centro con unos setenta vecinos de Olesa de Montserrat. "Queríamos ver las flores, pero ya que estamos aquí aprovecharemos e iremos a comer a Gósol y al Museu de Picasso", asegura.
En otoño, la dalia
Malo explica que la temporada más conocida es la primavera con los tulipanes, pero asegura que "todavía es más espectacular" en otoño, cuando florece la dalia, el otro tipo de flor que también cultiva en este campo. "La gente no lo conoce, sin embargo, eso sí que es un espectáculo de luz y color", subraya.