Un simpático cachorro de Golden Retriever ha acaparado la atención en redes sociales tras un vídeo difundido por la cuenta PuppiesLover en X, donde se le ve mordisqueando hierba en un jardín. En el breve clip no se percibe ninguna señal de malestar, lo que ha despertado la curiosidad de los internautas y de expertos sobre los motivos detrás de esta conducta tan común.
Perspectiva del comportamiento animal
En el vídeo, de apenas unos segundos, se aprecia al pequeño cachorro inclinarse y arrancar hierba del césped. No hay vómitos ni signos de náuseas posteriores. Usuarios como Roco o Otis han protagonizado situaciones similares con bufandas o brócoli, pero en este caso el protagonista parece simplemente disfrutar del pasto. Las reacciones incluyen curiosidad, ternura, y preguntas sobre si este comportamiento es saludable o no.
Los perros mastican hierba por varias razones. Veterinarios señalan que puede deberse a carencias de fibra, aburrimiento o incluso una acción instintiva para aliviar pequeñas molestias digestivas. En cachorros, este acto puede ser una exploración más del entorno, sin que indique necesariamente enfermedad.

Reacciones en redes y vínculo afectivo
Son numerosos los comentarios que defienden que “siempre he visto a mis perros hacer lo mismo”, y muchos coinciden en que no muestra náuseas, simplemente curiosidad o gusto por el sabor fresco. En plataformas como TikTok, vídeos de profesionales veterinarios explican que comer hierba no suele ser peligroso, salvo si está tratada con productos tóxicos.
Algunos dueños comparten que sus perros comen hierba como parte de un patrón lúdico. En un vídeo similar, un golden llamado Otis intenta frenar un brócoli. Esa mezcla de inocencia y diversión conecta con el público.
A partir de cuándo es preocupante
Investigaciones coinciden en que comer hierba es una conducta común en perros saludables. El peligro real surge si ocurre con frecuencia, viene acompañado de vómitos frecuentes, diarrea u otros síntomas gastrointestinales. En esos casos, especialistas recomiendan visitar al veterinario para descartar gastritis, parásitos o deficiencias nutricionales.
En este clip en particular, no hay indicios de malestar o repetición obsesiva. El cachorro vuelve a jugar y se muestra activo, lo que descarta situaciones preocupantes.
Convivencia responsable
Para evitar riesgos, es aconsejable supervisar el jardín: asegúrate de que la hierba no esté tratada con herbicidas o pesticidas. Ofrecer alternativas seguras puede satisfacer su instinto sin poner en riesgo su salud. Una rutina equilibrada, con ejercicio físico y estimulación mental, también reduce conductas repetitivas y favorece el bienestar.
Lo que a simple vista podría parecer una rareza, revela la complejidad del instinto canino. Este cachorro recuerda que, tras actos tan cotidianos como masticar hierba, se esconden comportamientos ancestrales cargados de curiosidad, exploración o cuidado.