La princesa Leonor atraviesa una etapa complicada en su segunda experiencia militar, según ha informado El Nacional. Tanto es así que Felipe VI y Letizia habrían vuelto de urgencia a Galicia para reunirse de forma privada con su hija, preocupados por los últimos informes recibidos de sus superiores. Según estas informaciones, la joven no estaría mostrando el rendimiento esperado en la Escuela Naval de Marín, donde cursa su segundo año de formación. Durante los meses de verano, habría perdido la forma física y, al regresar, los instructores militares constataron que había engordado y que su masa muscular había disminuido significativamente.
Los reyes ven con alarma cómo su hija mayor, que en casa siempre llevó una dieta saludable y estaba habituada a un régimen estricto de ejercicio diario, ha decidido relajarse en cuanto ha tenido libertad para vivir fuera de Zarzuela. De hecho, en el palacio real se evitaban por completo los alimentos ultraprocesados o congelados, algo que Leonor ha aprovechado para “soltarse” con la comida rápida cuando sale con sus amigos. Estas escapadas, además, no solo son gastronómicas: la princesa está saliendo prácticamente todos los fines de semana y regresa tarde los domingos, afectando su rendimiento de lunes a viernes en el cuartel.
Falta de motivación e indisciplina
El nuevo entorno ha puesto a prueba la disciplina de Leonor, y sus compañeros de curso no parecen valorar positivamente su actitud, añadía El Nacional. Varios testimonios filtrados indican que la heredera se ha saltado con frecuencia el protocolo que rige para todos los cadetes. Hay quienes señalan que, de no ser quien es, acumularía amonestaciones que la tendrían con un castigo permanente. Sin embargo, explican que sus instructores son “más permisivos” con ella por su condición de futura reina, algo que genera malestar entre algunos compañeros.
Las quejas se centran no solo en su falta de aplicación al ejercicio físico o en su relajada dieta, sino también en su poca capacidad de concentración en las clases. Al parecer, Leonor se duerme con frecuencia en las sesiones matinales, debido a la falta de descanso tras sus salidas nocturnas. Esta conducta repercute de forma directa en sus calificaciones y su desempeño en actividades de tipo táctico o deportivo, donde no alcanza el estándar de la institución.
En este sentido, la reina habría tratado de imponerle horarios y hábitos más saludables, con poco éxito: Leonor, como cualquier adolescente, está descubriendo los placeres de la independencia y rechaza las imposiciones maternas. A este cóctel se suma el hecho de que la heredera al trono es ya una figura pública, de modo que cualquier imagen que alguien capte durante sus salidas nocturnas puede aparecer en redes sociales o en prensa, perjudicando su reputación y, de rebote, la imagen de la Corona.
La disparidad entre lo que los reyes desean para la educación de su hija y la realidad que la princesa está viviendo de forma cada vez más despreocupada es un foco de tensión en Zarzuela. Pero, como decíamos, todo esto forma parte de un rumor publicado por El Nacional y no ha sido confirmado por ninguna fuente oficial, por lo que podría tratarse de información poco veraz.