Julio Manrique y Cristina Genebat

El nuevo proyecto de la pareja Julio Manrique - Cristina Genebat

La obra se representará hasta el 3 de noviembre en la Sala Fabià Puigserver

El teatro sigue de moda en Barcelona y la Ciudad Condal, repleta de arte, acoge obras con asiduidad. Los escenarios barceloneses son de los más demandados por todos aquellos actores y directores que quieren adentrarse en la vanguardia del teatro, tanto catalán como español. Y esto es lo que pretende ahora Julio Manrique con su nueva producción, una adaptación de la conocidísima obra La Gaviota, del ruso Anton Chéjov.

El propio Julio Manrique protagoniza esta obra junto a Cristina Genebat, su pareja, en la primera producción de la temporada en el Teatre Lliure para ellos. La sala Fabià Puigserver acogerá esta obra desde el 3 de octubre hasta el 3 de noviembre de este 2024.  Los precios oscilan entre los 12 y los 32 euros y habrá representaciones miércoles, jueves y viernes a las 19 horas; sábado a las 17 y a las 21 horas y domingos a las 18 horas. 

Imagen de Cristina Genebat y Julio Manrique, del perfil de Instagram de Cristina Genebat
Julio Manrique y Cristina Genebat | Instagram de Cristina Genebat

La obra se representará en catalán, aunque en las sesiones de los sábados a las 21 horas se podrá optar por los sobretítulos en castellano e inglés en la grada 1. Es, por cierto, la segunda obra de Chéjov que dirige Julio Manrique, después de haberlo hecho previamente con Las tres hermanas, donde encarnó a Vania. En esta ocasión también será director y actor.

La gaviota, de Anton Chéjov

La gaviotaes una de las obras más icónicas de Antón Chéjov, escrita en 1895 y estrenada en 1896. La obra se sitúa en una finca rural y explora los anhelos y frustraciones de un grupo de personajes relacionados con el arte y el amor. El protagonista, Konstantín Tréplev, es un joven dramaturgo que busca la aprobación de su madre, Arkádina, una actriz famosa. La obra gira en torno a sus aspiraciones artísticas, su amor no correspondido por Nina, y la complicada relación entre arte y realidad.

Aunque La gaviota fue un fracaso en su estreno, en gran parte debido a la incomprensión de la audiencia, la obra ganó popularidad poco después, gracias a la producción del Teatro de Arte de Moscú en 1898, bajo la dirección de Konstantín Stanislavski. Esta versión fue aclamada y  marcó un punto de inflexión en el teatro ruso, consolidando a Chéjov como un maestro del realismo psicológico.

El éxito de La gaviota no solo se limitó a Rusia; su influencia se extendió rápidamente por todo el mundo. La obra introdujo una nueva forma de entender el teatro, enfocada en los matices emocionales y las relaciones humanas, lo que la convierte en un clásico universal que sigue siendo representado y estudiado en todo el mundo.