Cristina de Borbón sigue sumando problemas. Tras separarse de Iñaki Urdangarin tuvo que afrontar la ruptura y el hecho que su hasta entonces marido le hubiera sido infiel con Ainhoa Armentia, su actual pareja. La hija de Juan Carlos I siempre había estado muy unida a su marido y de hecho se enfrentó a su hermano, Felipe VI, cuando salió a la luz todo el escándalo del caso Noos.
Un escándalo que afectó profundamente a sus hijos, especialmente al mayor, Juan Urdangarin. Diferentes problemas tiene la Infanta Cristina con su hija menor, Irene Urdangarin. La relación entre madre e hija, que ya ha pasado por momentos complejos, parece estar en una etapa difícil. Irene, de 19 años, ha mostrado actitudes de rebeldía que han generado decepción en su madre, evidenciando una tensión que se ha hecho palpable en público.
Ahora el foco está en la vida personal de Irene, quien parece estar tomando decisiones que no complacen a su madre. Durante años, Cristina ha intentado mantener la privacidad familiar, pero la situación con su hija la ha llevado a una creciente exposición pública.
En las últimas semanas, varios medios de comunicación han captado imágenes de madre e hija en Madrid, donde se evidenciaron gestos fríos y una notable distancia física entre ambas. Irene, por su parte, se ha mostrado más independiente, tomando decisiones que no siguen el camino que su madre esperaba para ella.
Algunos medios esconden la realidad
Eso sí, como es habitual, los medios tradicionales han obviado el problema y se han centrado en comentar aspectos superfluos del paseo por Madrid que destapó la caja de los truenos. En este sentido aseguran que "Cristina optó por combinar una blusa estampada con unos pantalones blancos y unas zapatillas. Irene Urdangarin se decantó por un vestido negro con volantes. Una prenda de esas que siempre son un sí para los días de verano y que ella combinó de forma original con un cinturón marrón y unas sandalias planas del mismo tono que el vestido".
Y siguen con el tono pelota habitual: "Una vez más, dejó patente que siempre está al lado de las tendencias pero sin perder ese estilo clásico que le caracteriza".
Quiere seguir los pasos de su prima Victoria de Marichalar
Uno de los principales puntos de conflicto es el futuro académico de Irene. A sus 19 años, ha decidido no seguir el camino tradicional que implicaría comenzar una carrera universitaria.
En su lugar, ha optado por involucrarse en actividades de voluntariado, lo que ha generado un distanciamiento con Cristina, quien esperaba que su hija tuviera una dirección más clara y comprometida en su vida. Además pretende seguir una 'carrera' similar a la de su prima Victoria Federica, que actualmente es influencer.