Desde su embarque en el buque escuela Juan Sebastián Elcano el pasado 11 de enero, la princesa Leonor ha enfrentado una serie de desafíos que han captado la atención pública y generado inquietud en la Casa Real. La reciente publicación de imágenes de la heredera en bikini durante una escala en Uruguay ha intensificado las preocupaciones, especialmente por parte de la reina Letizia, quien cuestiona la eficacia de la escolta real.
¿Qué ha pasado?
La travesía de Leonor a bordo del Elcano, destinada a ser una experiencia formativa en su carrera militar, se ha visto empañada por incidentes que han puesto en entredicho su privacidad y bienestar. Además de las mencionadas fotografías en Uruguay, se han difundido imágenes de la princesa disfrutando de actividades recreativas en Brasil y Chile, lo que ha generado un debate sobre la exposición mediática de la futura reina. Paralelamente, se ha informado que Leonor ha sufrido mareos y vómitos debido a la cinetosis, común en quienes no están habituados a la vida marítima, lo que ha resultado en caídas y contusiones.
Reacciones en redes sociales
Ante esta situación, la reina Letizia ha manifestado su deseo de que Leonor regrese a España para garantizar su bienestar físico y emocional. Sin embargo, el rey Felipe VI considera que interrumpir la formación de su hija podría enviar un mensaje erróneo y afectar la imagen de la monarquía. Como solución intermedia, se ha acordado que la princesa hará una pausa temporal en su instrucción para asistir al 18º cumpleaños de su hermana, la infanta Sofía, el próximo 29 de abril. Este compromiso familiar permitirá a Leonor regresar brevemente al país y luego reincorporarse a su formación militar.

La situación ha generado diversas opiniones entre los monárquicos tradicionales, algunos de los cuales consideran que la decisión de Letizia es precipitada y podría interpretarse como una interferencia en la formación militar de la heredera. Otros, en cambio, apoyan la postura de la reina, priorizando la salud y privacidad de la princesa en este período crucial de su vida.
Este episodio subraya las complejidades de equilibrar las responsabilidades institucionales con las dinámicas familiares en el seno de la realeza, y plantea interrogantes sobre cómo la monarquía gestionará situaciones similares en el futuro.