La tranquila vida en Montecito, California, hogar de los duques de Sussex, se ha visto alterada. Aunque al principio este enclave representó privacidad y exclusividad, una escalada de delitos ha puesto a Harry y Meghan en el ojo del huracán.
Lo que ha ocurrido en Montecito
En las últimas semanas, la policía del condado de Santa Bárbara ha detectado un repunte inusual de robos, allanamientos y actos vandálicos a tan solo minutos de la residencia de los Sussex. Algunos informes van más allá: se habla de un incendio con restos humanos en un coche y la posibilidad de que bandas criminales estén operando cerca, incluso con la intención de dirigirse específicamente hacia la pareja real.
Este aumento de la delincuencia también ha activado una respuesta comunitaria: patrullas más frecuentes, cámaras de matrícula en las entradas del barrio y alertas ciudadanas. Todo con la finalidad de preservar la seguridad del entorno y no dejar margen a quien pueda amenazar la privacidad de sus habitantes más conocidos.
El impacto en los Sussex y su seguridad familiar
Harry y Meghan ya habían enfrentado intentos de intrusión en su hogar mientras estaban en el Reino Unido, situación que les llevó a intensificar las medidas de protección. Ahora, en Montecito, han contratado a un equipo de seguridad privada compuesto por exagentes de seguridad que trabajaron con figuras de primer nivel como Barack Obama y Hillary Clinton. Además, Harry financia personalmente las medidas, que incluyen un guardia canino y escoltas cada vez que Meghan acude a lugares públicos, como mercados locales.
El rechazo de protección policial en el Reino Unido —luego de perder recursos legales— complicó cualquier plan de regresar con toda la familia. Harry se ha mostrado desgarrado: reconoce su nostalgia por su país natal, pero explica que la seguridad de su esposa e hijos pesa más.
Reacciones oficiales
Desde la administración local, las autoridades han reforzado presencia policial y estrategias preventivas. La instalación de cámaras de reconocimiento de vehículos es uno de los primeros pasos concretos. También, se han organizado reuniones vecinales para compartir consejos y coordinar esfuerzos comunitarios.
Los vecinos han expresado su inquietud públicamente. Una fuente recuerda cómo la caída de la seguridad fue instantánea tras varios incidentes violentos con vehículos quemados y robos a pocos kilómetros de la lujosa propiedad Sussex.
¿Qué significa esto para el futuro de los duques?
El compás emocional de los Sussex parece dividido. Por un lado, Henry siente el peso de la nostalgia y el fracaso en su batalla por la seguridad en el Reino Unido. Por otro, se aferra a Montecito como refugio para criar a sus hijos, escogiendo reforzar su entorno familiar, aún a riesgo de verse atrapado en una espesa trama de delincuencia local.
La tensión resulta palpable: mantener su estilo de vida hollywoodiense sin renunciar a su libertad y privacidad. Sin embargo, la pregunta sobre si están dispuestos a abandonar California o redoblar esfuerzos para subyugar esta ola criminal está aún sin respuesta.