La competición gastronómica “Joc de Cartes” ha vuelto un miércoles más con un reto apasionante: descubrir cuál es el mejor restaurante de tapas de Barcelona. Después de unos programas recorriendo el país, hoy tocaba volver a la capital. El chef Marc Ribas, conductor del programa, ha seguido de cerca cuatro establecimientos que quieren llevarse el galardón y los 5.000 € de premio.
La primera propuesta viene de la mano de Toni Morago, jefe de cocina y socio del conocido Tapas 24. Este restaurante hace bandera de las tapas tradicionales provenientes de todo el Estado, una carta donde cada uno de los platos busca rendir homenaje a la cocina popular y a las recetas de toda la vida. La experiencia de Toni Morago detrás de los fogones y su pasión por la tradición prometen una actuación contundente, ideal para los amantes de las tapas más clásicas.
La mejor ensaladilla del Estado de 2019 es la suya. Las croquetas de pollo asado también son una de sus especialidades. La comida ha triunfado y ha gustado a todos los rivales. Casi ninguna crítica. La única, de Raquel, ha sido rebatida rápidamente por Marc. Un 6,9 es la nota final.
El espacio ha sido puntuado bajo pero la comida ha sacado un 8. El servicio también se ha llevado buena nota gracias a un camarero simpático, eficiente y con experiencia.
El Tipo Tapa decepciona a sus rivales
En segundo lugar, Raquel Espada, de Tipo Tapa, presenta una oferta de tapas basada en la gastronomía catalana y en el producto fresco. Su objetivo es mostrar la riqueza culinaria de la tradición local, adaptada al formato de tapas y platillos. Con ingredientes de proximidad y una visión que respeta los sabores auténticos de Cataluña, la propuesta de Tipo Tapa aspira a seducir el paladar de los más exigentes.
Platillos para compartir, todo lo cocinan ellos. No es la típica tapa para turista dice Raquel. Es propietaria del local junto con su pareja. En general los platos han recibido algunas críticas, especialmente por falta de tiempo de cocción. El pastel de queso, que después se ha descubierto que estaba hecho con queso azul, ha generado debate. La nota es de un 6,5 pero la comida con solo un 5,3 ha sido la nota más baja.
La propietaria del Ziryab es muy exigente con los demás y sus rivales le pasan cuentas
Kate Burton, por su parte, llega con el restaurante Ziryab, donde la fusión entre la cocina catalana y la gastronomía mediterránea oriental es la protagonista. El resultado de este mestizaje – de hecho ella es inglesa nacida en Bélgica - son tapas creativas que combinan especias, texturas y sabores de diversas culturas.
Ziryab convierte cada plato en una experiencia exótica, sin olvidarse de mantener la esencia de la cocina de casa nuestra. Kate es copropietaria del restaurante y ha participado en muchos proyectos sociales.
La cocina estaba sucia y eso ha provocado que sus rivales le devolvieran las críticas hechas anteriormente. Raquel ha sido especialmente punzante. Unas críticas que han continuado cuando han empezado a comer. Los segundos han gustado incluso menos que los primeros. La carne estaba dura e incluso Marc lo ha notado: 'mi hija diría que hace bola'. También se ha posicionado abiertamente contra el nivel de lo que han comido, algo que no acostumbra a hacer. La nota final ha sido un 6... que habría sido menos si no fuera por el 7,7 del servicio.
El peor restaurante de todos
Por último, Jonathan Muñoz, asesor gastronómico y puntualmente camarero de Punta Cana Higüey, sorprende con una propuesta exótica que aglutina la cocina caribeña, española y catalana en formato de tapas. Los platos exhiben una mezcla llena de color, con influencias que van desde los fogones más tradicionales hasta los aromas tropicales. Esta fusión original dominicano-catalana puede cambiar cualquier previsión de la competición y convertirse en un rival temible para el resto de concursantes.
Una apuesta arriesgada que puede salir bien o mal y que en este caso ha salido mal. No han gustado los sabores, en algunos casos porque pica demasiado y otros demasiado poco. Raquel dice que ha encontrado un hueso en el timbal pero el cocinero lo niega. Los segundos, peor. Marc, muy destroyer, dice abiertamente: '¿os apetece comer todo esto?'. La carne, además está dura. El arroz poco hecho. El pescado no es merluza, un engaño que los acaba de hundir. Y Marc estalla: '¿es cosa mía o quien está en la cocina no tiene ni idea?'.
Lo que debía ser un 'suspenso total', que dirían en el APM, acaba siendo un 5,5. Más por buena fe de los rivales que por otra cosa.
La decisión final
Ha sido un programa bastante diplomático. Aunque Kate ha sido bastante crítica, no ha habido grandes enfrentamientos directos. Kate y Raquel son las más combativas entre ellas. Jonathan reconoce errores a la hora de valorar. El momento más surrealista es cuando Jonathan pensaba que sacarían un 4. Ha reconocido el bajo nivel de su restaurante y se ha sorprendido por el aprobado otorgado por sus rivales. Marc Ribas ha acabado muy indignado el concurso asegurando que no ha visto esfuerzo en el restaurante Punta Cana Higüey.
El ganador es el restaurante Tapas24, no ha habido sorpresas. Ya tenía buena nota antes del voto de Marc pero el presentador ha acabado de confirmarlo. Le ha dado la mejor nota. El plato estrella ha sido el bikini de jamón ibérico, mozzarella y trufa del Tapas24. El restaurante de Toni Monago ha ganado por más de un punto de diferencia con el segundo, el Tipo Tapa.
Y para terminar, lo hemos dicho antes pero lo repetimos. Si se pusieran notas a los camareros, el del Tapas24 obtendría un 10. En redes sociales coinciden en esta opinión con mensajes bonitos como este: