Después de su paso por París para presenciar la inauguración de los Juegos Olímpicos, los Reyes abandonar la capital francesa sin sus hijas para ponerse rumbo a las Islas Baleares. Allí viajaron para celebrar una recepción a diversas autoridades del archipiélago balear. Concretamente fue en Marivent, donde ayer lunes se congregaron más de 600 personalides.
Aparte de Felipe y Letizia, también estuvo presente la reina emérita Sofía. La recepción tuvo lugar a las 9 de la noche. Uno por uno, los asistentes pasaron a saludar a la realeza. Todo parecía ir según lo preestablecido, pero la reina no tardó en liarla y fue protagonista de dos incidentes que no gustaron nada a los presentes.
La Casa Real, pues, se vio obligada a pedir disculpas a todos los asistentes una vez terminado el evento. Entre ellos, había diferentes poderes del estado y autoridades autonómica, fundaciones y asociaciones y los representantes de los Premios Ramón Llull y Premios de Exlencia Universitaria 2023.
Letizia tuvo dos gestos con los presentes que no gustaron nada. Ambos detalles generaron un murmullo que fue la sintonía de todo el evento y que obligó a la Casa Real a disculparse ante todas las autoridades presentes. Esto se hizo al finalizar la recepción, aunque de poco sirvió, ya que como se dice "el daño ya está hecho",y muchas personalidades abandonaron Marivent todavía molestos con la reina.
Los gestos en cuestión
El primero de los gestos que enfadó a los presentes fue algo que parece ilógico viniendo de una personalidad como Letizia. Parece ser que la reina tiene mucho trabajo últimamente y se dedicó a recibir los invitados sentada en un taburete. Una falta de respeto no sólo en este contexto, sino en cualquier recibimiento cuotidiano.
Según explican desde la misma familia real, hace tiempo que Letizia sufre de un fuerte dolor en el pie que se agravia con el paso del tiempo. Aunque esta no parece excusa suficiente, ya que a su lado, la reina emérita Sofía permaneció en todo momento de pie, mostrando el respeto que es debido a todos los presentes, teniendo ella ya 85 años.
Por otro lado, el segundo gesto que nos dejó Letizia ya fue la gota que colmó el vaso. Con los murmullos ya presentes por su recepción a los invitados, Letizia decidió que la mejor manera para apaciguar la situación era siendo la primera en irse de la recepción. Sin mediar palabra con las autoridades presentes, Letizia abandonó la sala en dirección a sus aposentos.
Muchos lo relacionan también con sus dolencias y problemas en el pie, aunque de nuevo, no es que sirvan mucho de excusa. Por otra parte, los rumores de su relación con Felipe siguen ahí, y diferentes personas señalan que Letizia no se encontraba cómoda al lado del Rey y prefirió abandonar la sala y estar sola.