La princesa Leonor de Borbón, heredera al trono de España, ha sido protagonista de diversas polémicas durante su reciente estancia en Brasil. Su participación en eventos festivos locales y la presencia constante de su equipo de seguridad han generado malestar entre los jóvenes brasileños, quienes han expresado su descontento en más de una ocasión.
Desde su llegada a Salvador de Bahía el 14 de febrero de este año, como parte de su formación militar a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano, Leonor ha intentado integrarse en las actividades culturales de la zona. Sin embargo, su presencia en eventos como la fiesta Terça da Benção ha estado marcada por incidentes que han llamado la atención de los medios y del público.
El despliegue de seguridad, la clave de todo
Durante una de estas celebraciones, la princesa fue captada en actitud cercana con un compañero guardiamarina. Un fotógrafo local, sin reconocer inicialmente a Leonor, tomó imágenes de la escena. Al percatarse de la situación, los escoltas de la princesa intervinieron de manera enérgica, exigiendo al fotógrafo que borrara las fotografías bajo amenaza de dañar su equipo.

Este incidente no solo generó críticas por la reacción desproporcionada de la seguridad real, sino que también avivó rumores sobre la vida personal de la heredera al trono.
Además, la constante vigilancia y las medidas restrictivas impuestas por su equipo de seguridad han provocado incomodidad entre los asistentes a estos eventos. En más de una ocasión, los jóvenes brasileños han manifestado su descontento con abucheos y críticas hacia la princesa, cuestionando la necesidad de un despliegue de seguridad tan invasivo en contextos festivos y relajados.
Discreción en la Casa Real
La Casa Real española ha mantenido una postura discreta respecto a estos incidentes, evitando emitir comunicados oficiales que aborden directamente las polémicas.

Sin embargo, fuentes cercanas a la institución han desmentido categóricamente los rumores sobre un supuesto beso entre Leonor y su compañero, atribuyendo la confusión a la interpretación errónea de las imágenes captadas durante la fiesta.
En cuanto a la reacción de los jóvenes brasileños, no ha habido una respuesta oficial por parte de la Casa Real. No obstante, se ha observado un esfuerzo por parte de la princesa para adaptarse a las circunstancias y evitar situaciones que puedan generar malestar entre la población local.