Las apariencias en la realeza británica siempre han sido fundamentales. Lo que se muestra públicamente, los silencios y hasta las decisiones en redes sociales se analizan, tanto por los expertos, como por los seguidores. Pero, a veces, una sola decisión puede desencadenar una avalancha de interpretaciones, especialmente si involucra a Kate Middleton y a Meghan Markle.
Kate Middleton, sin quererlo, vuelve a ser protagonista de titulares. Esta vez, no por su agenda oficial, sino por lo que ha provocado la marcha de su fiel asistente personal, Natasha Archer. Nadie en el Palacio Real imaginó todos los coletazos que traería este alejamiento de la asesora de Kate.

Una renuncia que activa las alarmas en Buckingham
Lo que en apariencia parecía una simple reestructuración interna ha derivado en un vendaval de especulaciones. Archer no era solo una colaboradora más, era parte de la intimidad operativa de los príncipes de Gales. Su repentina renuncia no tardó en interpretarse como el reflejo de una tensión mayor.
A esto se sumó un gesto aún más elocuente, Archer en su Instagram dejó de seguir a Meghan Markle, su marca ‘As Ever’ y a varios de los cercanos a Meghan. Para los conocedores del lenguaje real, esa limpieza virtual no es un detalle menor. Detrás de esta acción realizada por Archer en sus redes, podría haber un mensaje mucho más allá de lo conocido.

El fantasma de Meghan vuelve a escena
Con estos movimientos, la sombra de Meghan Markle regresa a la historia. Desde hace tiempo se sabe que la relación entre ella y Kate nunca fue fluida. El recordado incidente con los vestidos de princesa Charlotte o la entrevista con Oprah dejaron claro que las heridas no habían cicatrizado.
Ahora, el distanciamiento digital de Archer del círculo Sussex parece más una declaración que una casualidad. A pesar de que mantiene vínculos con Abigail Spencer y Sarah Rafferty, amigas de Meghan en la serie Suits, cortó con figuras de relevancia como Daniel Martin o Heather Dorak. Todo apunta a un reposicionamiento claro y deliberado.

Surgen las incertidumbres
La gran incógnita es si Natasha Archer se marchó por decisión propia o si hubo presiones internas que la empujaron a elegir. Algunas fuentes aseguran que su cercanía previa con el entorno Sussex no fue bien recibida por los príncipes de Gales. Otras sugieren que fue ella quien decidió tomar distancia ante un clima cada vez más polarizado.
Sea cual sea la razón, su salida no es un hecho menor. En un palacio donde los movimientos internos rara vez se filtran, que una asistente tan leal y cercana decida apartarse, deja entrever tensiones ocultas. Y todo indicaría que esta historia apenas comienza y podría ser el preludio de nuevas revelaciones que volverán a poner a la familia real en el centro del huracán mediático.