Una mujer mayor sonríe frente a un fondo oscuro con una bombilla amarilla brillante a su lado.

La iaia Angeleta sentencia sobre el corte de luz: 'Cuando me casé...'

La iaia Angeleta habla sobre su historia con los cortes de luz

El reciente apagón que oscureció toda la península Ibérica dejó más que calles a oscuras: mostró la vulnerabilidad de nuestra vida moderna y la dependencia casi total de la electricidad. Mientras muchos trataban de sobrellevar las horas sin luz ni conexión, algunas voces ofrecieron perspectiva y calma. Una de ellas fue la de la iaia Angeleta, que, a sus 94 años, se convirtió en símbolo de resiliencia y memoria histórica.

Una jornada de desconcierto y solidaridad

Todo comenzó el lunes 28 de abril, cuando un fallo masivo dejó sin electricidad a millones de personas en España y Portugal. En ciudades como Barcelona y Madrid, el transporte público colapsó. El metro, el tranvía y los trenes dejaron de funcionar, y la cobertura móvil y el acceso a internet desaparecieron.

En medio del desconcierto, la chef Maria Nicolau dio consejos para evitar que los alimentos se estropearan: no abrir la nevera ni el congelador y consumir los productos de fácil acceso. Su recomendación fue ampliamente compartida en redes sociales, donde muchos buscaron formas de sobrellevar la situación.

Una mujer mayor sonríe frente a una estantería con fotos familiares y libros, mientras en un círculo rojo se muestra otra imagen de ella con una expresión diferente.
La iaia Angeleta hablando con otra persona mayor dentro de un círculo | 3Cat, XCatalunya

Pero no solo los ciudadanos anónimos vivieron momentos complicados.  La cantante Gisela, por ejemplo, se encontraba ensayando en Barcelona cuando el plató se quedó completamente a oscuras.  Por su parte, la modelo Martina Klein relató cómo ella y su hijo tuvieron que recurrir al autoestop para poder regresar a casa. 

La iaia Angeleta: experiencia frente a la adversidad

Sin embargo, entre todas las historias que surgieron durante el apagón, ninguna capturó tanto la atención como la de la iaia Angeleta. Con 94 años y una gran popularidad en las redes sociales, Angeleta compartió su experiencia con humor y sabiduría.

Hace unos meses, ya había emocionado a sus seguidores al publicar una fotografía inédita de su juventud, junto a su marido, tomada hace 75 años. “Parecemos dos actores de Hollywood. No teníamos nada, pero éramos muy felices”, escribió entonces.

Ahora, enfrentándose a un nuevo reto con la serenidad que da una vida larga y llena de aprendizajes, volvió a ofrecer una lección de vida. Mientras muchos se desesperaban por la falta de electricidad, ella recordó tiempos donde la oscuridad era parte de la rutina diaria.

Dos personas sonrientes sentadas en un sofá durante un programa de televisión.
La iaia Angeleta siendo entrevistada | TV3

Un mensaje que invita a la reflexión

"Recordad que cuando me casé, vivía en esta casa sin luz, sin agua ni teléfono, en medio del bosque", escribió en Instagram. Su mensaje, lejos de transmitir preocupación, estaba lleno de alegría y aceptación. "Hoy nos hemos quedado sin luz", comentó con naturalidad, como quien observa que la historia es cíclica y que, pese a los avances tecnológicos, ciertas situaciones siguen repitiéndose.

La iaia Angeleta no solo afrontó el apagón con mucho humor, sino que también transmitió un mensaje muy profundo: la felicidad no siempre depende de las comodidades modernas. Su capacidad para adaptarse y mantener una actitud positiva se convirtió en un faro para muchos durante ese día caótico.

Lo que Angeleta nos enseñó al final del apagón

Lo más importante que reveló no fue solo un recuerdo del pasado, sino una perspectiva que muchos habían olvidado: no tener electricidad no significa necesariamente perder la felicidad. Para generaciones como la suya, que crecieron sin muchos de los recursos que hoy consideramos imprescindibles.

La falta de luz no es una tragedia, sino una oportunidad para recordar lo que realmente importa: la compañía, ingenio y la capacidad de adaptarse. En un mundo donde el confort y la inmediatez dominan todas nuestras vidas, el apagón del 28 de abril y la serenidad de la iaia Angeleta dejaron una lección clara. Incluso en la oscuridad, se puede encontrar luz.