El restaurante de First Dates nunca deja de sorprendernos con momentos divertidos, inesperados o que desatan el debate en redes sociales. Este programa, que ya es un clásico de la televisión, vuelve a mostrarnos lo imprevisible que puede ser el amor cuando se mezclan personalidades muy diferentes en busca de una conexión especial.
En esta ocasión, los protagonistas fueron Bica, una limpiadora rumana de 36 años, y Tomy, un guía de montaña cordobés de 35. Ambos acudieron al programa con la esperanza de encontrar a alguien con quien compartir su vida y, desde el principio, parecía que tenían muchas cosas en común. Tanto Bica como Tomy declararon ser grandes amantes de la naturaleza, del aire libre y de los animales, lo que les permitió entablar una conversación fluida desde el primer momento.
La cita comenzó con muy buen pie, y las coincidencias entre ellos iban surgiendo con cada pregunta. Tomy, además de su trabajo como guía de montaña, habló sobre su pasión por el campo y las labores en su finca, algo que despertó mucho interés en Bica, quien comparte un estilo de vida similar. Ambos mostraron un gran entusiasmo al hablar sobre paseos en el campo, la conexión con la naturaleza y su amor por los animales, marcando una clara afinidad que hacía pensar que el éxito estaba asegurado.
Sin embargo, todo dio un giro inesperado cuando Tomy, queriendo impresionar a Bica, decidió enseñarle una foto de la casa que está construyendo en su finca. Lo que para él era un proyecto en desarrollo que representaba su esfuerzo y visión, para Bica fue algo completamente distinto. Al ver la imagen, ella exclamó con sorpresa: "¡Coño! Pero si esto parece una chabola. Tomy, es una chabola".
Tocado pero no hundido
El comentario, dicho sin malicia pero con total sinceridad, dejó a Tomy visiblemente afectado. Aunque intentó justificar que todavía estaba en proceso de construcción, no pudo evitar sentirse un poco herido por la reacción. Sin embargo, en lugar de convertir este momento en un conflicto, ambos lograron reconducir la conversación.
A pesar de este incómodo episodio, la conexión entre ambos continuó creciendo durante la cena. Las risas, las anécdotas sobre sus vidas y las numerosas cosas en común que seguían descubriendo lograron dejar atrás ese momento de tensión. Ambos reconocieron que se habían sentido muy cómodos durante la cita y que habían disfrutado de la compañía del otro.
Al final del programa, llegó el esperado momento de la decisión. Tanto Bica como Tomy coincidieron en que querían seguir conociéndose fuera del restaurante de Carlos Sobera. El comentario sobre la "chabola" quedó como una anécdota que seguramente recordarán entre risas en el futuro. Este episodio de First Dates demuestra, una vez más, que la conexión entre dos personas puede superar pequeños desencuentros. Aunque el camino hacia el amor no siempre sea perfecto, a veces un simple comentario inesperado puede añadirle un toque de autenticidad y diversión a la experiencia.