El resultado de ERC ya se ha llevado la primera víctima. El candidato a las elecciones y actual presidente en funciones, Pere Aragonès, ha anunciado que no recogerá el acta de diputado y que se aleja de la primera línea política. El candidato accidental, por la retirada forzada de Oriol Junqueras, no ha sabido culminar el proceso independentista y asegura que deja paso a otros liderazgos.
Otros liderazgos que no quiere decir nuevos liderazgos, porque Oriol Junqueras y Marta Rovira ya han salido del banquillo para calentar en la banda. Son ellos quienes iniciaron el llamado 'procés' y quienes merecen una 'compensación' por sus años en prisión y en el exilio. El que de momento calla es el portavoz en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián, que todavía no se ha pronunciado sobre los malos resultados de su partido.
El de Santa Coloma de Gramenet es diputado en el parlamento de España, pero representa al mismo partido, de modo que muchos catalanes esperaban una valoración personal que todavía no ha llegado. El exjugador del FC Barcelona y del Real Madrid, Luis Figo, ha publicado un mensaje en la red social Twitter en el que le pide que dé la cara y no se esconda.
'Enhorabuena por los resultados electorales, pero se te ve cabizbajo será que estás cansado de tanto trabajo, ánimo campeón!!!' publica Figo, en un mensaje que se ha hecho viral y que ha sido compartido por muchos independentistas (de verdad), no por dar la razón al portugués, sino para sumarse a las risas contra Gabriel Rufián.
ERC, en caída libre
Los republicanos han pasado de empatar a 33 diputados con el PSC en 2021 a los 20 diputados actuales. Los autonomistas han caído en todas las demarcaciones y su voto se ha repartido entre Junts per Catalunya, PSC y Aliança Catalana, que han subido. Es lo que tiene ensanchar la base.
Gabriel Rufián y su propio procesismo
Se habla mucho de los partidos procesistas y del procesismo como modus vivendi. El portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados dijo en 2015 que sólo permanecería en el Congreso de los Diputados de España durante dieciocho meses. Hoy, nueve años más tarde, sigue ahí cobrando 130.000 euros al año que salen del bolsillo de todos los catalanes.