Un joven con gafas y camisa oscura presenta el clima en un estudio de televisión con una imagen de nubes en el cielo proyectada a su lado.

La clara advertencia de Jorge Rey: 'Yo solo aviso...'

El cambio climático vuelve a hacer acto de presencia

El joven meteorólogo Jorge Rey, conocido por sus predicciones basadas en métodos tradicionales, ha alertado en redes sociales sobre un hecho que no ha pasado desapercibido: las garrapatas ya se empiezan a ver. A través de un breve video, mostró cómo uno de estos arácnidos se desplazaba sobre su pantalón, indicando que su presencia ya es notable en plena mitad de febrero.

Pero, ¿qué significa realmente este aviso? La aparición temprana de garrapatas puede estar relacionada con temperaturas más suaves de lo habitual, un invierno menos riguroso o incluso con cambios en los ciclos de estos parásitos debido al cambio climático.

Paparra 'Hyalomma lusitanicum'
Paparra 'Hyalomma lusitanicum' | Higiene Ambiental

¿Por qué las garrapatas están activas en invierno?

Las garrapatas suelen ser un problema más común en primavera y verano, cuando las temperaturas son más altas y la humedad favorece su proliferación. Sin embargo, estos arácnidos no desaparecen completamente en invierno, sino que entran en un estado de latencia cuando el frío es extremo. Si el invierno es suave y las temperaturas no descienden lo suficiente, las garrapatas pueden mantenerse activas durante todo el año o despertar antes de tiempo. Esto podría explicar por qué ya han empezado a verse en febrero.

En los últimos años, los inviernos en España han mostrado una tendencia a ser más cálidos de lo habitual, con temperaturas que en algunas zonas han estado muy por encima de la media para esta época del año. Esto no solo afecta a la actividad de las garrapatas, sino también a otros insectos y parásitos que dependen del clima para regular sus ciclos biológicos.

Cambio climático y garrapatas: una relación preocupante

El hecho de que las garrapatas se activen antes de lo habitual no es un simple dato anecdótico. Los expertos advierten que el calentamiento global está favoreciendo la expansión de estos parásitos, tanto en términos de distribución geográfica como de tiempo de actividad.

En España, algunas especies de garrapatas han ido ampliando su presencia hacia zonas donde antes eran menos frecuentes, debido a temperaturas más altas y cambios en los ecosistemas. Además, al acortarse los inviernos fríos, su período de inactividad se reduce, lo que incrementa el riesgo de picaduras y enfermedades asociadas.

¿Debemos preocuparnos? Precauciones a tener en cuenta

Si bien la aparición de garrapatas en febrero no significa necesariamente una emergencia sanitaria, sí es un indicador de que debemos estar alerta. Estos parásitos  pueden transmitir enfermedades como la fiebre botonosa mediterránea o la enfermedad de Lyme, por lo que es importante tomar precauciones, especialmente en zonas rurales o de alta vegetación.

Algunos consejos para evitar picaduras incluyen:

  • Usar ropa clara y de manga larga cuando se camine por el campo.
  • Revisar la piel y la ropa después de estar en zonas con vegetación alta.
  • Evitar sentarse en el suelo en áreas donde haya presencia de estos arácnidos.
  • En caso de encontrar una garrapata adherida a la piel, retirarla con cuidado con unas pinzas sin aplastarla.
Imagen con una garrapata y una lupa observándola
Garrapata | nechaev-kon de Getty Images

Un aviso natural que nos habla del clima

Más allá del simple hecho de que las garrapatas han aparecido antes de lo normal, este fenómeno nos recuerda cómo la naturaleza responde a los cambios en el clima. La presencia de estos parásitos en febrero puede ser un síntoma de inviernos más suaves, un indicador del cambio climático o simplemente una señal de que la primavera está cerca.

Sea cual sea la causa exacta, el mensaje del meteorólogo Jorge Rey nos invita a observar con atención lo que ocurre en el entorno y a estar preparados para un año que, una vez más, parece venir con temperaturas atípicas y fenómenos inusuales.