Un rumor muy comentado sobre el rey Carlos ha cobrado fuerza recientemente y ha sido confirmado desde una de las residencias más emblemáticas de la familia real británica. El castillo de Balmoral, situado en Escocia, ha puesto en marcha una iniciativa que ha llamado la atención del público y los medios. Esta novedad ha generado numerosas reacciones y ha invitado a analizar aspectos poco conocidos del monarca.
En concreto, el castillo ha comenzado a producir una gama especial de galletas para perros, lo que revela una faceta más íntima y personal de Carlos III. Estas galletas se han elaborado con ingredientes naturales, como harina integral, huevo y caldo de pollo, y se han horneado en las cocinas de la finca. La originalidad de este proyecto ha sorprendido a muchos, ya que combina el prestigio real con el cuidado de las mascotas.
La tienda oficial del castillo ya ha incorporado estas golosinas a su catálogo, donde se pueden adquirir por un precio de 5 libras por bolsa. Además de las galletas, también se han puesto a la venta collares y correas de tweed, bolsos de golosinas y cuencos decorados con el escudo de armas de la corona. Estos productos reflejan la tradición escocesa y el aprecio que la familia real siente por sus perros.
El rey Carlos refuerza su amor por los perros desde Balmoral
El rey Carlos es ampliamente reconocido por su amor a los animales, especialmente a los perros, y este año ha incorporado a su familia a un Lagotto romagnolo llamado Snuff. Este perro, especializado en la búsqueda de trufas, ha sido la primera mascota canina propia del monarca en casi dos décadas. Este hecho ha atraído la atención del público y ha dado pie a múltiples comentarios.
Por su parte, la reina Camila ha demostrado también su cariño por los perros, aunque con un enfoque diferente. En mayo, ha rescatado a un cachorro sin pedigrí de una protectora cercana al palacio de Buckingham. Moley, como ha sido llamado, es una mezcla de razas que ha conquistado el corazón de Camila y forma parte de la familia real.
Balmoral confirma la faceta más personal del rey Carlos
La confirmación desde el castillo de Balmoral sobre esta iniciativa ligada a las mascotas del rey Carlos ha revelado un aspecto menos conocido del monarca. Este proyecto, que trasciende su valor comercial, refleja la dedicación personal y el amor que profesa por sus animales. Más allá del protocolo, se vislumbra una dimensión más cercana del rey.
Sin duda, este detalle ha sorprendido y encantado a la audiencia, ampliando la imagen pública del rey Carlos III. La combinación de tradición, naturaleza y cariño hacia los perros ha consolidado una imagen ha aportado un nuevo matiz a su figura pública y personal.