La reina emérita Sofía lleva unas últimas semanas de bastante movimiento. Con 85 años, Sofía sigue siendo una de las caras más visibles de la familia real, y suele acudir a los eventos más importantes relacionados con la monarquía. La madre del actual rey Felipe VI se dejó ver por última vez en Marivent, dónde junto a su hijo y Letizia presidieron un acto que involucraba a grandes entidades de las Islas Baleares.
Hace poco más de una semana se congregaron más de 600 personalidades en Marivent para acudir al encuentro con la Casa Real. Los reyes y la emérita asistieron a un evento donde había diferentes autoridades autonómicas, poderes del estado, asociaciones y representantes de las Islas Baleares. Después de dicha recepción, Sofía no pudo mantener su presencia en Mallorca, ya que tuvo que poner rumbo a Grecia.
Después de la ceremonia en el Palacio de Marivent, Sofía tenía pensado acudir a sus tradicionales vacaciones en el archipiélago balear, pero recibió una mala noticia. Su tío segundo, el principie Miguel de Grecia, había fallecido, y tuvo que poner rumbo a Atenas junto a su hermana Irene para asistir al funeral y despedirse de su querido familiar.
Tras esta visita "exprés" a Grecia, la reina emérita volvió a tierras mallorquinas para seguir desconectando en sus vacaciones. Junta a ella han estado sus nietas Leonor y Sofía, mientras que su hijo Felipe ha estado de nuevo presente en los Juegos Olímpicos de París, asistiendo a la semifinal de escalada donde ha participado el español Alberto Ginés.
Los empleados de la emérita en Marivent
Como hemos dicho, un verano más la familia real está pasando sus días de vacaciones en Marivent. La reina emérita es siempre la primera en llegar junto a su hermana Irene, y con el paso de los días aterrizan al archipiélago balear otros miembros de la familia. Allí, la monarca tiene a su servicio todos los lujos habidos y por haber, y 250 empleados están a su disposición en todo momento.
En el palacio, está ridícula cantidad de trabajadores tienen la labor de limpiar, hacer la comida y mantener la seguridad de todo Marivent. La emérita es quién más transcurre sus vacaciones en esta residencia, y por lo tanto tiene a todas estas personas bajo su supervisión. Estos empleados están obligados a firmar un contrato con unas cláusulas muy específicas y surrealistas.
Este contrato es meramente de confidencialidad, ya que la emérita quiere tener el máximo de privacidad posible. Así pues, a todo el personal nuevo le hace firmar un contrato donde pone explícitamente que está prohibido hacer fotografías dentro del palacio. Así pues, el peso que estos tienen sobre sus espaldas hace que empiecen sus preparativos días antes de que la monarca llegue a Marivent.
Las labores más tensas para los empleados son las de limpieza, las cuales tienen un ridículo costo de más de medio millón de euros. Los 4 trabajadores encargados de la lavandería y la plancha de las ropas de Sofía son los que tienen las tareas más complicadas, ya que la emérita es muy exigente con este aspecto. Incluso se llegó a decir que, en Zarzuela, les tiraba la ropa al suelo a sus empleados cuando no le convencía el resultado.