La de ayer fue una noche mágica en Montjuïc. El Barça cumplió con las expectativas y arrasó al vigente subcampeón de la Champions League, dejando la eliminatoria prácticamente vista para sentencia. El 4-0 endosado por los culés a los alemanes es una muestra inequívoca, otra más, de que los de Hansi Flick son firmes candidatos, y seguramente favoritos, para conquistar la Orejona.
Además del resultado, se produjeron varios factores positivos que merecen ser destacados. El primero de ellos es que siguen pasando las semanas y el Barça sigue siendo intratable. Incluso parece que el único enemigo de los azulgrana ahora son ellos mismos. Sin duda, el triplete es una opción muy real.
Por otro lado, Raphinha, el pichichi de LaLiga, sigue a lo suyo. Robert Lewandowski roza ya el centenar de goles con la carcasa culé. Lamine Yamal no cesa en demostrar su innato talento partido tras partido. En el centro del campo, Pedri y Frenkie de Jong siguen a un nivel sobresaliente y Fermín cumple siempre que se le necesita. Y en la zaga más de lo mismo.
E incluso ayer tuvo tiempo de volver al terreno de juego Ansu Fati, que llevaba sin pisar el verde desde el 4 de enero en la visita del Barça al Barbastro en la Copa del Rey. Su situación era especialmente delicada y el chaval necesitaba una pequeña inyección de moral como la que le endosó Hansi Flick ayer. No destacó mucho en los diez minutos en los que estuvo sobre el verde, pero algo es algo.
Preocupación con Lamine Yamal
Pese a todas estas pinceladas de puro jolgorio, hubo un pequeño detalle que hizo saltar las alarmas. Cerca del minuto 80, las cámaras de televisión pillaron a Lamine Yamal dirigiéndose hacia el banquillo y solicitando el cambio. Ahí fue cuando entró Ansu Fati. Muchos sospecharon que podía tratarse de unas dolencias musculares.
Perder a un jugador de semejante relevancia en este momento de la temporada hubiera supuesto una nueva trágica para los intereses a los azulgranas. Pero nada más lejos de la realidad. Lamine Yamal no tiene nada. La petición de cambio se produjo, aseguran varios medios, simplemente por previsión.
Ayer, el joven atacante de 17 años realizó, como de costumbre, jugadas individuales de altos voltajes, levantando al respetable del asiento y generando muchos 'uooo'. Marcó también el gol de la sentencia definitiva, el del 4-0, tras clausurar un espléndido contragolpe utilizando el recurso de la puntera. Queda por ver si Hansi Flick decide darle descanso en el partido liguero del fin de semana, el del sábado a las 21 horas en Butarque. El míster teutón es consciente de que debe mantenerlo sano y salvo para los enormes retos que se plantean en este tramo final de campaña.