El Real Zaragoza atraviesa una temporada llena de varios altibajos, donde las expectativas de la afición chocan con una realidad deportiva que dista mucho de ser la ideal. La reciente derrota ante el Burgos CF en La Romareda ha intensificado las críticas hacia el cuerpo técnico y la directiva, poniendo de manifiesto la creciente frustración de los seguidores zaragocistas.
Un equipo sin rumbo
La temporada 2024-2025 de LaLiga Hypermotion ha sido particularmente desafiante para el Real Zaragoza. Con la llegada de Miguel Ángel Ramírez al banquillo, se esperaba un cambio positivo en el rendimiento del equipo. Sin embargo, los resultados no han acompañado, y el conjunto aragonés se encuentra en la decimosexta posición de la tabla, a solo seis puntos de la peligrosa zona de descenso.
Esta situación ha generado un clima de tensión entre la afición, que ve cómo, una vez más, las aspiraciones de ascenso se desvanecen. Desde la incorporación de Ramírez, el equipo ha sumado únicamente cinco puntos de dieciocho posibles, lo que refleja una media de rendimiento preocupante. Además, la reciente derrota por 0-1 ante el Burgos CF en casa ha agravado la situación.
Este resultado no solo aleja al Zaragoza de los puestos de playoff, sino que también lo acerca peligrosamente a la zona de descenso. La expulsión de Dani Gómez en el minuto 55 fue un punto de inflexión en el partido, dejando al equipo en desventaja numérica y facilitando el gol de Íñigo Córdoba. La paciencia de la afición zaragocista parece haberse agotado.
Tras el pitido final contra el Burgos, los seguidores manifestaron su descontento, pidiendo la dimisión de Ramírez y mostrando su desaprobación hacia la directiva. El técnico, por su parte, ha declarado estar convencido de que el equipo puede mejorar y que, a veces, es cuestión de "tocar un botón" para revertir la situación actual. No obstante, los números actuales y la falta de resultados positivos ponen en entredicho su continuidad al frente del equipo.
Homenaje a Cristian Álvarez: una despedida agridulce
En medio de la crisis deportiva, La Romareda fue escenario de un emotivo homenaje al portero Cristian Álvarez. Quien anunció su retirada y asumirá el cargo de responsable de Relaciones Institucionales del club. Antes del inicio del partido contra el Burgos, Álvarez recibió la insignia de oro del Real Zaragoza y realizó el saque de honor.
Sin embargo, la derrota empañó la celebración, mezclando los aplausos al guardameta con los pitos dirigidos al equipo y al cuerpo técnico. Al finalizar el encuentro, Álvarez agradeció a la afición por su apoyo incondicional y expresó su deseo de que el zaragocismo pueda disfrutar de éxitos en el futuro.
Las necesidades del equipo
El Real Zaragoza ha mostrado carencias tanto en defensa como en ataque. La falta de solidez defensiva, evidenciada en errores puntuales y desajustes tácticos, ha costado puntos valiosos. Por otro lado, la escasez de gol y la poca efectividad en el área rival han limitado las posibilidades de remontar en momentos clave.
La expulsión de Dani Gómez en el último encuentro es un ejemplo de la falta de control y disciplina en situaciones críticas. Es evidente que el equipo necesita refuerzos, especialmente en la línea defensiva, y una reestructuración táctica que permita maximizar el potencial de la plantilla actual. La historia reciente del Real Zaragoza está marcada por temporadas de altibajos y promesas incumplidas.
La afición, siempre fiel y apasionada, exige un proyecto serio y comprometido que devuelva al equipo al lugar que merece en el fútbol español. La directiva y el cuerpo técnico tienen la responsabilidad de tomar decisiones acertadas y urgentes para revertir la situación actual. Solo con un cambio de rumbo claro y efectivo se podrá recuperar la confianza de los seguidores y aspirar a nuevos objetivos más ambiciosos en el futuro cercano.