En plena batalla por ascender a Primera, un jugador ha pasado de ser un completo desconocido a convertirse en una de las piezas más determinantes del once titular. Su irrupción ha sido tan contundente que el club ya estudia cómo asegurar su permanencia antes de que sea demasiado tarde.
El resurgir del Cádiz y un cambio clave en su retaguardia
Desde la llegada de Gaizka Garitano al banquillo, el Cádiz ha vivido una transformación defensiva que ha cambiado el rumbo del equipo. De un conjunto frágil y con dudas atrás, ha pasado a ser uno de los bloques más sólidos de LaLiga Hypermotion.
Las cifras respaldan esta mejora: dos victorias consecutivas, siete porterías a cero desde su debut y una zaga que ya no concede ventajas con tanta facilidad.

Y en medio de esa evolución silenciosa, un nombre se ha instalado con fuerza en la defensa gaditana. Aunque su fichaje pasó desapercibido en verano, su rendimiento lo ha llevado a protagonizar conversaciones internas en los despachos del Nuevo Mirandilla.
Un crecimiento meteórico tras semanas de espera
No fue titular desde el inicio. De hecho, durante las primeras diez jornadas ni siquiera apareció en el césped. Fue en una derrota en Ipurua cuando el cuerpo técnico apostó por él por primera vez, quizás más por necesidad que por convicción. Pero lo que vino después ya no fue casualidad.

Desde aquel primer partido, su participación no ha dejado de crecer. Suma ya más de 1.300 minutos y su presencia es sinónimo de seguridad. El equipo se siente más cómodo con él atrás, su posicionamiento es cada vez más fino y su lectura de juego ha sorprendido incluso a los más veteranos. Además, ha formado una sociedad eficaz con Víctor Chust, relegando a otros como Fali Giménez a un papel más secundario.
¿Quién es este joven que ha encajado tan bien en Cádiz?
Tiene apenas 20 años, mide más de 1,85 metros y posee una mezcla de contundencia serbia y temple impropia de su edad. Fue cedido por un histórico del Este europeo el pasado verano, sin generar demasiadas expectativas. Su debut tardío parecía presagiar una cesión discreta, de esas que no dejan huella.
Pero cada jornada que pasa refuerza la idea de que el Cádiz ha encontrado en él una auténtica joya defensiva. Su progresión es evidente, su compromiso es total, y su proyección parece no tener techo.
La gran decisión del Cádiz
Ahora, con el equipo soñando con los puestos altos de la clasificación, el club se encuentra ante una disyuntiva que no puede ignorar por más tiempo. ¿Ejercer la opción de compra o arriesgarse a perderlo?
La cláusula es clara: 1,5 millones de euros por su fichaje definitivo. Una cantidad asumible para el mercado actual, pero que exige un compromiso serio. La dirección deportiva ya se ha reunido para valorar el paso siguiente. La afición también ha hablado: en redes, muchos reclaman que se quede.
El protagonista del momento
Su nombre empieza a sonar con fuerza en los medios locales. Incluso la Cadena SER ha adelantado que la operación está sobre la mesa. Su última actuación ante el Granada fue decisiva: una entrada providencial, un despeje milimétrico y otra portería a cero. Todo en silencio, sin aspavientos, como ha sido siempre su estilo.
El jugador es Bojan Kovacevic. El central cedido por el Partizan de Belgrado se ha ganado el respeto de Garitano, de sus compañeros y de una afición que ya lo siente como propio. Y si todo sigue como hasta ahora, lo será.
Bojan Kovacevic ha disputado 17 partidos esta temporada con el Cádiz CF, acumulando 1.371 minutos sobre el terreno de juego. Desde su debut en la jornada 11 ante el Eibar, el central serbio ha sido titular indiscutible, contribuyendo a que el equipo mantenga la portería a cero en 7 de esos encuentros. Su fiabilidad en el corte, precisión en el juego aéreo y madurez táctica destacan a pesar de sus 20 años. Además, ha cometido muy pocas faltas y aún no ha sido expulsado, reflejo de una defensa limpia y eficaz. Unos números que explican por qué el club quiere retenerlo.