Seis meses bastaron en el Barça para darse cuenta de que el fichaje de Vítor Roque no estaba cumpliendo con las expectativas generadas. Considerado uno de los jóvenes más prometedores del fútbol brasileño, su llegada al club azulgrana estuvo rodeada de entusiasmo, pero su rendimiento en pretemporada dejó más dudas que certezas. Finalmente, se optó por cederlo al Real Betis, donde esperaba recuperar su mejor nivel y reivindicarse como el delantero estrella que prometía ser.
El acuerdo entre Barça y Betis contemplaba una cesión por una temporada con opción a ampliarla a dos, junto con una cláusula de compra opcional. Si el Betis quería quedarse con el brasileño al finalizar el primer año, tendría que abonar 25 millones de euros. Si decidían esperar al segundo año, la cifra aumentaría ligeramente. Aunque sus estadísticas esta temporada no son malas —cinco goles en los primeros 15 partidos—, no parecen ser suficientes para convencer a Manuel Pellegrini.
Pellegrini no se arriesga con la compra
El entrenador chileno, conocido por su visión estratégica, considera que pagar 25 millones de euros por Vítor Roque sería un riesgo demasiado elevado, según ha informado El Nacional. Aunque el joven delantero ha mostrado destellos de calidad y un buen olfato goleador, su rendimiento no ha sido constante. Pellegrini prefiere destinar los recursos económicos del Betis a reforzar varias posiciones con jugadores más accesibles en el mercado.
El Real Betis no cuenta con una capacidad financiera para grandes fichajes, y la irregularidad de Tigrinho en partidos clave ha generado dudas en la dirección deportiva. Aunque ha tenido buenos momentos, no ha logrado consolidarse como un pilar indispensable en el esquema táctico de Pellegrini. Esto ha llevado al entrenador a inclinarse por no ejecutar la opción de compra, una decisión que obliga al delantero brasileño a regresar al Camp Nou en verano.
Un problema para el Barça
La decisión del Betis supone un duro golpe para el Barça, que esperaba generar ingresos significativos con la venta de Vítor Roque. El club catalán, aún afectado por problemas económicos, no tiene intención de reincorporarlo a la plantilla. Desde el principio, su cesión al Betis fue vista como una solución temporal para intentar recuperar parte de la inversión inicial, cercana a los 30 millones de euros más variables.
Si regresa al Barça, el delantero se convertirá en una "patata caliente" para la planificación deportiva de Hans-Dieter Flick y la dirección técnica liderada por Deco. El club intentará buscarle un nuevo destino en el mercado de verano, aunque conseguir una oferta cercana a los 25 millones de euros parece complicado dado su rendimiento actual.