La temporada del Real Oviedo en la Liga Hypermotion venía siendo, hasta hace poco, una de las más sólidas de los últimos años. El equipo asturiano no sólo había logrado instalarse en la parte alta de la tabla, sino que acumula 17 jornadas consecutivas en puestos de playoff, una muestra clara de su ambición por regresar a Primera. Pero el fútbol, a menudo cruel, también castiga las malas rachas. Y la última secuencia de cuatro partidos sin ganar ha sido letal. Este martes, el club confirmó la salida de su entrenador, dejando una estampa que ha sorprendido tanto como dolido.
Javi Calleja, quien asumió el banquillo del Oviedo el pasado verano con el objetivo claro del ascenso, se despide tras 32 jornadas con el equipo en sexta posición, empatado a puntos con el Huesca (51). La clasificación refleja una lucha feroz por los puestos de privilegio: Levante lidera con 59 puntos, seguido muy de cerca por Mirandés (58), Elche (57) y Racing de Santander (56). En este contexto, la presencia del Oviedo en playoff no parece un fracaso, pero la falta de resultados en las últimas semanas ha sido clave para que la directiva decidiera poner fin al proyecto de Calleja.

En sus últimos cuatro encuentros, el conjunto carbayón solo ha sumado un punto de doce posibles, con derrotas especialmente dolorosas ante rivales directos como el Mirandés (1-0) y el Granada (1-0), además de un empate en casa ante el Elche. Una dinámica peligrosa que ha encendido las alarmas justo cuando el equipo debía consolidarse en la recta final.
Una despedida que deja huella
Javi Calleja no ha querido marcharse sin decir adiós públicamente. En una carta abierta publicada en sus redes sociales, el técnico madrileño ha mostrado su tristeza por no poder completar la misión que tenía entre manos. “Nuestra aventura juntos ha terminado mucho antes de lo que hubiera deseado”, escribe. “Dejo el club con pena e impotencia por no poder completar el trabajo que estábamos desarrollando”.
Lejos de reproches, Calleja lanza un mensaje de gratitud y de profundo respeto hacia el club, la afición y la ciudad. “Desde el primer día que pisé la ciudad me di cuenta de la magnitud del club al que llegaba, fundamentalmente por su calado a nivel social”, asegura. El técnico reconoce lo difícil que es dejar un vestuario con opciones reales de ascenso: “Nos vamos con la conciencia tranquila de haber dado el máximo”.
El playoff sigue al alcance
Pese al revés emocional que puede suponer la salida de Calleja, el Real Oviedo sigue muy vivo en la lucha por el ascenso. El calendario que le espera no es sencillo, pero la plantilla ya ha demostrado capacidad para competir contra rivales de peso. El reto para el nuevo técnico será doble: por un lado, recuperar la confianza de un equipo que venía encajando bien las ideas de Calleja, y por otro, consolidar los puntos necesarios para no perder la posición de playoff en estas últimas diez jornadas.
La carta de despedida concluye con un deseo que bien podría ser el sentir de toda la ciudad: “Espero que en junio estemos celebrando el ascenso”. Ese mensaje, directo al corazón de los oviedistas, resume lo que ha sido esta etapa: un proyecto ambicioso, interrumpido antes de tiempo, pero aún con vida gracias al trabajo sembrado desde el primer día.
Si algo ha dejado claro la marcha de Javi Calleja es que el Oviedo ha recuperado la esperanza de volver a ser grande. Ahora, el balón está del lado de los jugadores… y de quien tome las riendas del banquillo. Pronto se confirmará que el elegido es Veljko Paunovic.