Siempre es difícil descender y más cuando ello conlleva la posible marcha de uno de tus futbolistas. Esto le ha pasado al Cádiz, que después de bajar a la categoría de plata del fútbol español, alguno de sus jugadores busca volver a la máxima categoría mediante ventas o cesiones.
En este caso, hablamos de la situación de Víctor Chust, que después de tres años al club, está a punto de activar su cláusula en caso de descenso. El principal interesado es el Rayo Vallecano, equipo que ya sabe que la cláusula de cesión en caso de bajar de categoría es de 150.000 euros.
La temporada de Chust
Víctor Chust es un defensa central de 24 años que, tras pasar sus primeros años de fútbol en el Real Madrid, se consolidó como profesional en el Cádiz. En el club andaluz, compartiendo vestuario y aprendiendo de grandes profesionales como Fali o Luis Hernández, no consiguió hacerse con la titularidad de una forma clara.
Este verano, con 22 partidos disputados, en los que ha conseguido firmar 83 recuperaciones, 18 entradas y 60 duelos ganados, encara la rampa de salida del conjunto andaluz. Lo va a hacer, como hemos comentado en forma de cesión, en un movimiento que podría repetirse el siguiente curso si el Cádiz no logra volver a Primera División.
¿Qué ganaría el Rayo con la cesión?
De producirse la cesión, el Rayo ganaría un central de garantías y con futuro. Chust es un seguro de vida para los entrenadores y su gran capacidad con los pies le permitiría variar en el estilo de juego de Íñigo Pérez. Además, el jugador es un defensa con un gran juego aéreo, pero en momentos determinados del partido puede perjudicarle su contundencia defensiva (dos expulsiones esta temporada).
La llegada del exmadridista al conjunto madrileño elevaría la calidad defensiva del equipo. Aun así, el jugador no tendría ni mucho menos la titularidad asegurada, ya que en el equipo se encuentran grandes referencias defensivas como Florian Lejeune, Aridane o Abdul Mumin. Asimismo, tampoco sería el primer jugador que llegaría para esa demarcación porque el Rayo anunció hace unos días la llegada de Pelayo, procedente del Barça Atlètic.
Una lista con dos colores: blanco y azulgrana
El conjunto madrileño anuncia con los fichajes un posible cambio en el rumbo del estilo de juego del equipo, ya que tanto Chust, como Pelayo, como Gumbau son jugadores para tener el balón y dominar el encuentro con la posesión.
En unos meses veremos si al Rayo Vallecano le sirve esta confianza puesta en los jugadores criados en las canteras de los grandes clubes españoles. Por ahora, aparte de los movimientos en el mercado, las intenciones de Íñigo Pérez son una incógnita.