El FC Barcelona atraviesa un momento complicado en estas últimas semanas. Sin embargo, eso no debe suponer un estado de alerta, pues la realidad es que con la llegada de Hansi Flick al banquillo, varios jugadores han dado un paso adelante. Algunos, que con Xavi Hernández habían pasado desapercibidos, ahora se han convertido en piezas clave en el esquema del técnico alemán. Este cambio de dinámica ha permitido al Barça vislumbrar una esperanza en medio de la incertidumbre.
Uno de los casos más destacados es el de Marc Casadó, mediocentro formado en La Masia, quien ha encontrado su espacio en el equipo. La lesión de Marc Bernal, que apuntaba a ser el titular indiscutible, abrió las puertas para que Casadó demostrara su valía. Desde entonces, su crecimiento ha sido imparable, convirtiéndose en el mediocentro estructural del equipo y ganándose la confianza del cuerpo técnico y la afición.
La importancia de Casadó quedó más que clara en los últimos partidos. Su ausencia ante la UD Las Palmas, debido a la expulsión sufrida en Balaídos, evidenció cuánto depende el equipo de su presencia. Gavi fue el encargado de ocupar su puesto, pero no logró aportar el mismo equilibrio ni la misma claridad táctica. Aunque Gavi mostró entrega y voluntad, no tiene el mismo impacto en la posición de pivote; él rinde mejor como interior.
Talento 'in crescendo'
Casadó ha demostrado ser un mediocentro que combina despliegue físico, visión de juego y calidad en los pases, elementos fundamentales en el esquema de Flick. En partidos clave como las goleadas al Bayern de Múnich y al Real Madrid, su actuación fue decisiva. Esto le valió no sólo el respeto de sus compañeros y rivales, sino también su primera convocatoria con la Selección Española absoluta.
El carácter del jugador de Sant Pere de Vilamajor brilla especialmente en situaciones de alta presión, algo que Flick valora enormemente. La derrota ante Osasuna, en la que descansó, y el empate frente al Celta tras su expulsión, evidencian que su ausencia desestabiliza al equipo. En contraste, su retorno contra el Brest trajo orden y un triunfo contundente, reforzando su rol como un pilar fundamental del Barça.
A pesar de todo, su crecimiento no ha estado exento de desafíos. La expulsión en Vigo marcó un punto de inflexión en su trayectoria reciente, ya que el equipo perdió el control tras su salida. Sin embargo, Flick no tiene dudas: Casadó es quien mejor interpreta las demandas del pivote en su sistema. Mientras alternativas como Gavi, Eric García y Frenkie de Jong no terminan de encajar en esa posición, el joven mediocentro ha demostrado que es indispensable.