El mundo al revés. Los okupas campan a sus anchas y son protegidos por el sistema policial y judicial, mientras que los propietarios honrados y que trabajan para pagar una hipoteca o un alquiler, se quedan en la calle porque unos delincuentes han entrado en su casa. Y que no se les ocurra dejar de pagar la hipoteca, porque para el banco siguen siendo los deudores hipotecarios.
Que no se les ocurra dejar de pagar el alquiler, porque el propietario, legítimamente, les pediré a ellos la deuda. Y que no se les ocurra cortar la luz a los propios okupas, porque puede ser considerado un delito de coacción.
Hace unos días, vimos un nuevo caso de okupación en Madrid. Los okupas no ocuparon una propiedad del banco como algunos intentan hacer creer que esta es su práctica habitual, sino que entraron dentro de una casa de personas con nombres y apellidos, de una familia. Pues bien, un hombre se ha encarado con los okupas para recriminarles su actitud y se ha convertido en delincuente. Se ha sido detenido por presuntas amenazas y coacciones.
Okupación masiva
En 48 horas, explica Ok Diario, 60 personas han okupado 12 viviendas de un mismo edificio de un barrio de la capital española. El ciudadano, con miedo de que ocupasen su casa, se ha encarado con una de las okupas que iba con una menor. Le ha recriminado que utilice a la niña para dar pena y para facilitar las okupaciones.
Declaraciones de la novia del detenido
Débora, la novia del detenido, ha atendido los micrófonos de TardeAR, el programa de Ana Rosa Quintana y ha explicado su versión de los hechos. Explicó que su pareja solo estaba defendiendo su casa y unos mínimos valores. No entiende (igual que no lo entiende nadie) como se puede dar una mayor protección a los okupas que a quienes intentan evitar una okupación.
Reacciones en redes sociales
La detención ha abierto, de nuevo, el debate sobre las okupaciones en redes sociales. Los usuarios de la red social X cuestionan que una persona valiente que se enfrentó a los delincuentes sea considerado él el delincuente. Piden más mano dura, revisar el Código Penal y que los protocolos de desocupación sean mucho más rápidos y eficaces. Todo el mundo que denuncie una okupación, debe recuperar la casa en menos de 48 horas si el nuevo ocupante no presenta un contrato de alquiler válido o algún título que le habilite a residir allí.